The Courtesans (VIII): REINA DE ESPADAS (La Vía Alegórica)



La Reina de Espadas es el sometimiento absoluto a las normas que los hombres, de forma imaginaria, han definido para distinguir a una Mujer de una Puta (porque, al parecer, existe esta distinción). Así que la Reina de Espadas vela por la moralidad (o la moralina barata) de las mujeres de la Zona de Confort en la que habita, no mediante la educación, sino mediante la prohibición (la Ley). La Reina de Espadas no usa las palabras Orgasmo, Masturbación, Clítoris (esas cosas no se hacen ni se tocan), establece normas en cuanto a la moda femenina, valoran mucho el pudor y el recato. Viven con un hombre o solas, nada de ir de flor en flor, picoteando por aquí y por allí, buscando belleza, alegría o un orgasmo poliédrico. Adoran la monogamia y los compromisos formales que unen a dos personas en algo que consideran sagrado. En su afán de ser virtuosas, estas reinas alcanzan un puritanismo que podríamos calificar de radical: el sexo y sus variantes dionisíacas solo conducen a la perdición, a la humillación pública y cuando alguien se compromete, se compromete.

El Amor como sentimiento no es más que literatura. El Amor es la unión de dos personas que deben vivir juntas si son pareja, que deben hacer cosas juntos, que deben mostrar de forma sutil que ambos forman una pareja y que, transcurrido cierto tiempo, esa amistad con algo de sexo debe formalizarse de una forma clara, casándose por un rito que crean sagrado o firmando papeles de hipotecas a ¡cuarenta años!, que es casi como decir, "un hombre para toda la vida".

El Amor homosexual no existe más que en forma de represión: es decir, la Reina se prohíbe ser homosexual. Así que, como es "lo normal", conocerá a alguien, un chico, aún es joven, quizá sea su primer novio, alguien que deberá cumplir unos cuantos requisitos intelectuales y económicos acordes con lo que la Reina necesita. La Reina no necesita sexo, así que le importa poco el aspecto físico de él, la vulgaridad amorfa de ese rostro. No niega la belleza en absoluto, solo es conformismo con lo que venga. Pasados unos pocos meses, la Reina quiere formalizar la historia: casémonos, dice, o embarcémonos, piensa o... así dejo de ser una cenicienta para convertirme en la Señora De B. El tiempo pasa factura a la relación de la Reina con B. La Reina es profundamente infeliz pero no puede separarse de B. Le provoca repulsión, hace meses que no se tocan, apenas hablan, se cruzan, se entrecruzan en el diminuto laberinto de la casa, no salen juntos, cada uno hace una vida... pero A. jamás buscará un amante, jamás abandonará a B, no como Reina de Espadas. Quizá B. la abandone por C. o por D... ella se hará célibe, se aferrará al trauma de aquella relación para no tener ninguna más, ya ha cumplido, ya ha estado con un hombre y ya es suficiente. Fin del Sexo y del Amor. Tiene amigas, es "lo normal" (¿tener amigos recién divorciada? ¿quiere que me convierta en una puta buscona?). Y se lleva bien. A veces, en ocasiones, esa amistad se va convirtiendo en otra cosa. La Reina de Espadas al fin necesita un abrazo para dejar de ser Reina de Espadas, pero un abrazo casto, tengo prohibido sentir nada del contacto con una mujer y si lo siento... ¿cómo voy a sentir eso?. ¡No soy lesbiana!, grita esa Reina ahora aterrada...

La Reina de Espadas ha alcanzado, eso sí, ese punto en el que ya ha dejado de ser celosa y en el que lo único que cuenta es mantener su honor y su prestigio intacto. Soportará cualquier infidelidad siempre que sea discretísima, es decir, que nadie aparezca con la historia de que B. estaba en un portal con alguien, no se, la chica debía estar ahogándose porque él tenía la boca pegada a la suya y le daba aire con una violencia sensual tan intensa... La Reina de Espadas está en paz consigo misma, ha cumplido todas las normas y leyes, todos los clichés y todas las ideas irracionales y perversas que habitan en su cerebro. Y es la que más feroz es en su crítica a las demás, putas libertinas que van de mano en mano, o lesbianas, ahora se ha puesto de moda el lesbianismo y una aquí, otra allí, ¡paf!, bisexuales, lesbianas-lesbianas no, que han estado casadas y han tenido hijos, como yo, pues eso, las modas...

Intelectualmente, la Reina de Espadas es muy crítica, es decir, tiene una facultad o "don", si lo prefieren, para estropear cualquier situación que pueda provocar una emoción positiva. Nunca se alegra de los éxitos de los demás y si lo hace, encontrará algo en su inmenso diccionario de Rompedora de Sueños que convierta una hazaña en una anécdota. No conoce la espontaneidad ni la naturalidad, así que su forma de ser en el mundo, después de años y años de duro entrenamiento, es ahora, en esta Reina de Espadas, aparentemente artificial. Las sonrisas parecen falsas (la sonrisa de esos mártires entrando en aceite hirviendo), los abrazos son superficiales, su conversación se centra en hablar de otras personas con el fin de cuestionarlas o criticarlas. Creen en la sociedad machista y la perpetúan con su actitud.

Si LeConsultant es un hombre entonces hablamos de MeMyselfTheSuperManAlfaMan. Como hombre se preocupará, de forma ya extraordinaria, de que Su Mujer (la palabra homosexual, gay o cualquier referencia a algo distinto a heterosexual está prohibida en el cerebro de este Reina) sea exactamente una buena mujer: el maltratador psicológico está aquí, en esta carta, esperando a alguna incauta con la que pueda hacer eso que es "normal", es decir, encontrar mujer, preferible con vocación de criada y esclava, no importa aspecto físico pero que sea limpia, que no haya tenido muchos novios, si es virgen, mejor que mejor, y que esté solo para atenderme a mí. Lo normal. Tener hjos, vivir juntos, casarse... esas cosas que hace la gente normal, lo que es costumbre, lo que se suele hacer aquí. Así que será monstruoso, porque jamás se sentirá satisfecho: su mujer siempre tendrá alguna pequeña imperfección (es demasiado simpática, demasiado amable con todo el mundo, conoce a todo el mundo, se ríe más con sus amigas que conmigo, que lo he visto....).. en fin, lo peor de lo peor...

¿En una tirada a una carta debo entender que soy una machista?... sí, está siendo injusta consigo misma por el hecho de ser mujer. Hágaselo mirar, abandone algunas ideas que van contra usted misma. No se reprima más. Trate de pensar por su cuenta, trate de no pensar como si su cerebro solo estuviera formado por frases hechas. ¿Es tan importante el honor, tanto como para prohibirse ser feliz?



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