Los Arcanos Menores: Una Introducción (La Vía Alegórica)

Conjeturo que su conocimiento de los arcanos menores, es decir, de las cartas que corrientemente aparecen en los mazos que pueden comprar en cualquier tienda de barrio, es bajo, nulo o inexistente. Presupongo que todos ustedes están dotados del "don" entre dones, la IMAGINACIÓN. También imagino que no saben nada, o menos que nada, de cábala, filosofía esotérica, numerología, astrología o antropología cultural o, que si saben, fingen que no saben nada.

No hay referencias fiables en cuanto a la interpretación de los arcanos menores más allá de algunos tratados de cartomancia del siglo XV y XVI, los llamados "Libros de Suertes". Es a Eteilla, el peluquero de barrio, al que se le da el honor de ser el primero que codificó los arcanos menores que, con muy leves variaciones, usaron después Eliphas Levi, McGregor Mathers, Aleister Crowley, Arthur Eward Waite o Paul Foster Case, más que nada, por falta de interés (estos Grandes Personajes del Esoterismo Occidental solo se dedicaron a los Mayores y dejaron los menores en un segundo plano). En otro momento expliqué cómo obtenía el sentido usando como base un árbol de la vida cabalístico. En esta ocasión, solo usaremos el sentido común, una fabulosa mezcla de inteligencia, imaginación y sentido del humor.

Cada uno de los palos es, obviamente, una serie ascendente. Alegóricamente cada uno de los palos será, entonces, la secuencia de cosas que nos van pasando, eso que después seremos capaces de contar como si fueran anécdotas, desde el nacimiento de la idea (¿Cómo se llama? ¿Dónde vive? ¿La espera alguién? ¡Tengo que conseguir que alguien me la presente!... si no fuera tan asquerosamente tímido...) hasta la conclusión de esa idea (Pues desde aquel día, en fin, llevamos más tiempo del que podemos contar con los dedos de una mano. Somos felices a nuestra manera, supongo...).

Siguiendo esta lógica, los Ases deberían ser ese nacimiento de la idea y los 10 su conclusión. Pero ¿qué sucede si no sabemos que estamos buscando pero sabemos que buscamos algo? ¿cómo explicar, siguiendo la lógica anterior, la aparición de una vocación artística? ¿es un 10 ilustrativo de lo que supone alcanzar el estado de paz y armonía absolutas con el mundo que nos rodea, eso que es amar a todos los seres sintientes por igual? ¡Por supuesto que sí! Es la misma lógica, salvo que en este caso, no tenemos ni idea de qué estamos buscando, vamos vagando de cama en cama, de secta en secta, de tribu en tribu, viajando sin rumbo creyendo tener uno y ¡zas!, algo inesperado aparece ante nosotros, algo que no sabemos ver, un rostro corriente unido a una sonrisa deslumbrante y una voz que es una ducha de agua fría en el infierno, un gesto poético de renuncia a una victoria segura que altera nuestra conciencia lo suficiente como para darnos cuenta de nuestra mezquindad...

Así que, para darles sentido alegórico a los arcanos menores, supongo que todos ellos narran cuatro aspectos de un solo hecho. Dicho de otra forma, cuando A envía un currículum o visita al médico para hacerse un chequeo, diseña un plan de negocio, conoce a B y a C y a D, se enamora de E, produce vástagos con F o los encarga por correo en Amazon Adoptions, cuando decide estudiar la lengua aborígen o dar la vuelta al mundo en bicicleta, cuatro aspectos se ven involucrados: el efecto Emociones & Sentimientos (Copas), el efecto Paranoia & Otras Perturbaciones Mentales (Espadas), el efecto Miedo a los Desconocido (Oros) y el efecto Impulso & Abandono de Varas. Según esta lógica, la Vida, todo lo que nos puede pasar en lo mundano, cabe en 40 cartas. ¿Es eso cierto? ¡Comprobémoslo! Supondremos que A vive en una ciudad como la suya, que ha recibido o recibe aún, una educación profundamente sexista y misógina, que practica ese sexismo y esa misoginia de forma perturbadoramente inconsciente, que tiene inseguridades y miedos, timidez, cierta aversión a lo desconocido, que aún usa clichés y frases hechas como si fueran dogmas de fe, es decir, que aún no tiene formada una opinión acerca de nada en particular. En fin, que A puede ser cualquiera de nosotros, de ustedes, de ellxs. Supondremos, para comprender los arcanos menores, que A es una Sota....