EL LOCO en TIPHERET (Tríada de la Ética)



¿Qué se esconde en el corazón del Loco? ¿Cómo siente? ¿Cómo equilibra la ecuación Chesed-Gevurah, Lo Mejor vrs. Lo Peor? ¿Qué implica para LeConsultant que el Loco ocupe la posición 3 de la tirada tarológica de la Tríada de la Ética o 6 del Árbol de la Vida?

El Loco quiere como un niño, espontáneamente, despreocupadamente, con un leve toque de candidez, como si realmente nada tuviera importancia, como si fuera natural querer, abrazar o besar, disfrutar de la vida, olvidarse de los tabús, dejar volar la imaginación, tumbarse en el césped de los parques públicos, pasear sin rumbo por las ciudades a mediodía, aprender sánscrito o algún dialecto mongol, querer ahora, no sabremos si mañana, sí, quizá mañana ya no te quiera o no como ahora, libre, sin prejuicios, sin responsabilidades, sin ataduras, sin compromisos, sin obligaciones, sin normas...

El Loco esconde a un niño travieso o su espíritu es travieso: le gusta jugar a juegos en los que nadie gana ni pierde, como esos jugadores de tenis playeros, obstinados en dar y recibir la pelotita sin que caiga al suelo, o como el frisbee, adornándose en cada gesto, a veces lanzando el disco torpemente provocando daños en la nariz del otro jugador, a veces con estilo, con pases certeros, precisos, calculados, el disco girando suave y posándose cual paloma sobre la mano del Otro...

Todo esto está muy bien pero ¿qué hace entonces El Loco? ¡Jugar! Todo es un juego. Jugar no para ganar, sino por jugar. Por el placer de hacerlo. Seducir a esa persona tan bella que la convierte en inasequible e inaccesible; coquetear en cualquier dirección sin ningún objetivo concreto; desarrollar los sentidos mediante experiencias extraordinarias (disfrutar de nuevos sabores o texturas que siempre has considerado detestables pero que jamás habías probado; probar cuanta bebida alcohólica aparezca en tu campo visual; dislocar la cadera en alguna fiesta despampanante; disfrutar de un suave viaje de Acapulco Gold, la que hasta ayer considerabas una droga-droga o cuantas cosas que LeConsultant nunca había hecho o hacía muchísimo tiempo que no hacía están en este "despertar sensual")...

El Loco juega para divertirse, para disfrutar, para gozar. No existe el dolor ni el sufrimiento porque el corazón del Loco ya no tiene sitio para más dolor ni para más sufrimiento. Pero El Loco en Tipheret no quiere hacer daño a nadie, no quiere provocar sufrimiento a nadie y esto le obliga a jugar limpio: no miente, no engaña, no traiciona. Pero es inconstante, infiel (si lo que se espera de un Loco es que sea fiel, ¿quién está más Loco?), divertido, locuaz, inteligente, irónico, sin prejuicios, sin tabús, abierto a la novedad y al cambio, impaciente pero inmune a la frustración porque al no esperar nada, al no tener expectativas ni sueños ni ambiciones ni plan, no cabe la frustración.

El Loco en Tipheret es un magnífico anfitrión, excéntrico, original, insólito. Curioso, ansioso por tener experiencias, es un buen conversador, un buen escuchador. No tiene complejos, ni vergüenza. Olvida fácilmente, es distraído, le gusta hacer nada....

Pero encuentren el equilibrio del Loco por su cuenta, esto es solo una pista que les orienta, si escogen esta senda de interpretación, a ver al Loco de una forma algo distinta. Y traten de olvidar que el Loco tiene color de piel. Ninguna carta del tarot tiene color de piel aunque los dibujos que aparezcan sean de caucásicos blancos... son alegorías, imágenes y nombres que nos remiten a algo superior, universal, inteligible para un nacido en Zimbawe o para un derviche, para un nipón o para un europeo caucásico, para un americano WASP o para un afroamericano... pero sientan el corazón tan blanco de un niño travieso pero sin maldad, añádanle un puñado de dolor, súmenle un poco de perdón y agítenlo sumando una pizca arrogancia, un puñado de pereza, unas gotas de lujuria sensual y mucho sentido del humor, sientan como es tener El Loco en Tipheret... y diviértanse!


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