The Courtesans (XI): LOS CABALLEROS, una introducción



Los Emperadores antes fueron Caballeros, La clase media-alta de la Edad Media. Nada de campesinos con hambruna sino señoritos de linaje, con grandes apellidos compuestos, disfrazándose de Hombres de Hojalata para alcanzar cierta fama, cierta gloria, cierto renombre, enfrentándose, en sus innumerables y algo monótonas aventuras, a otros Hombres de Hojalata por alguna nimiedad que no merece ser recordada. Durmiendo al raso, pasando penurias y tormentos, siempre cargando con ese traje de Hojalata, buscando, rebuscando sin saber muy bien qué, anhelando el amor de una mujer a la que apenas han entrevisto, una mujer que, aparentemente, sufre en silencio su ausencia. Oh, pero es el siglo XIII, seamos benevolentes... casi diez siglos han pasado!

Los Caballeros buscan su particular As de Copas, su Grial. Aún están en el proceso de buscar, no han encontrado. ¿Qué forma tiene ese Grial? ¿De qué material está hecho? ¿Cuánto vale? ¿Lo venden en el chino?... Cada caballero aspira a algo, ambiciona algo, aspira a su propio Grial: la rectitud moral del De Espadas, la fama, la gloria y el prestigio el de Oros, el reconocimiento como pionero o aventurero de Varas o el Amor Erótico Sentimental con alguien (o con varios) de las Copas. Cuatro cualidades que todo Emperador debe tener (firmeza, fortaleza, una pizca de totalitarismo y una mujer junto a él, no existe ningún Emperador sin Emperatriz o similar), más las propias de Emperador por ser quién es (ya no se puede permitir esas veleidades románticonas que como Caballero se permitía).

Pero mientras que los Reyes y las Reinas apenas se mueven de sus tronos, de sus dominios más allá de las visitas al centro comercial o al bar de la esquina a beber un par de cervezas con lxs amiguetxs, los Caballeros están plenamente activos, moviéndose, actuando, haciendo, diciendo, acertando y equivocándose. Hay algunos más conservadores y tradicionales, más costumbristas, más rurales (Oros y Espadas) y otros más abiertos al mundo y a sus habitantes (Varas y Copas). Hay caballeros que prefieren ser referentes morales (los escritores, los filósofos, los politólogos son espadachines), otros que prefieren la gloria (filántropos, padres modélicos de hijos aún más modélicos, una flota de coches, una inmobiliaria a pequeña escala), algunos que eligen el reto (escaladores profesionales, cirujanos plásticos, investigadores científicos) y otros que optan por el Amor (un amor cortés, ese amor paternalista y aburrido de los caballeros que tratan a las mujeres como si fueran auténticas torpes). En fin. Caballeros anhelando tener su propio Reino, su propio Imperio...

Las Cuatro Caras de un Emperador....


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