The Courtesans (XVI): LAS SOTAS (Una introducción)



¿Ahí vienen más? ¿quiénes son aquestos que sin montura se atreven a venir hasta aquí? ¿Son Pajes, estudiantes, vagabundos, qué son? Son Sotas, personas jóvenes de espíritu y de alma, con cuerpos que pueden mostrar signos evidentes de deterioro, pero aún mantienen esa lozanía envidiable, ese entusiasmo, esas ganas de... ¿de ser caballeros, reinas, reyes? ¿o solo aspirarán a ser Carros forrados en cosas que se pueden comprar? ¿ o acaso no tienen más ambición que no ser más que Sotas toda la vida?

Así que las Sotas pueden interpretarse, en primera instancia, como alguien que tiene sueños, que aspira a algo mejor, a algo superior, a cierto grado de excelencia o de trascendencia, el principio de un camino en el que primero hay que aprender o, más exactamente, desaprender lo que uno sabe para empezar realmente a aprender. Ese desaprendizaje no es el olvido, es el cuestionamiento, preguntarse cuál es el miedo que hace que piense que mis hijas están más seguras si no van a fiestas populares que acaban de madrugada, pero no tengo miedo a que mis hijos varones vayan, por ejemplo... Pero es un cuestionamiento que obliga a objetivizar, a crear un punto de vista, una opinión. Las Sotas no tienen opinión formada sobre casi nada, pero tampoco conocen toda la Ley, todas las normas, así que se mueven en un terreno intermedio, la Tierra Media, en el que harán cosa incorrectas políticamente o que, de alguna forma, vulneran alguna de esas leyes papales no escritas. Así, por ejemplo, todas las Sotas tienen en común cierta osadía y, a la vez, un apego fortísimo a todo lo material, pueden estar enfadadas porque usted tardó más de tres horas en contestarla un wassap, o pueden estar contentas porque su gato hace cosas fascinantes que va a grabar cualquier día de estos...

Pero, ¿no asocia las Sotas a la Papisa? ¿por qué? ¿cómo?

Las Papisas, bien lo recuerdan ustedes, son las abadesas que con tanta fidelidad, exactitud, milimétrica cortesía y ritualidad se encargan de velar por todo lo mundano que el Papa, en su trono de inconmensurable brillo, necesita. Los Pajes, en este sentido, son las novicias a las que la Papisa enseña con el fin de ser en un futuro próximo Papisas ellas también, del mismo modo que ella fue antes novicia. Así que existe un factor que las une indisolublemente a la novata con la vieja papisa: la Papisa no sabe nada de la vida cotidiana, de lo mundano. Así, no sabe cómo se siente una persona enamorada de otra, ni que pasos debe dar, pero conjetura, por las Escrituras (ese Cantar de los Cantares merece una lectura atenta) como debería ser, como estar enamorada sin salirse del camino recto que conduce a un cierto estado de felicidad. La Papisa no sabe, realmente, cómo son las personas, ni siquiera le importa. No está preocupada en absoluto por saber si tienen valores y principios, porque ella va a imponer los suyos. La ignorancia supina de la vida, de las cosas que pasan en las calles y en las tabernas portuarias, lo que pasa detrás de las puertas de nobles materiales que separan sus viviendas del mundo, lo que pasa en esa factoría de enlatado de pescado, lo que pasa detrás de la puerta verde que separa su dormitorio de la cocina, hace que, de alguna forma, viva en mundo imaginario, ilusorio, irreal, un mundo solo soñado (¡un amor como en las películas!). Así que, de alguna forma, las Sotas, como la Papisa, son analfabetas vitales, iletradas de las cosas formidables de la vida.

Ese "camino recto" es una ilusión de perfección, una relación ordenada de causas-efectos-conductas repletos de Y Si Pasa Esto entonces Esto Otro, pero sin experiencia. En el mundo de la Papisa, de las Sotas, todo está separado por sexos y más parece una guerra que otra cosa. Si tienes suerte, te aparecerá el hombre de tus sueños y si no, pues igual, te quedarás con él toda la vida toda, que es el camino recto que debe seguir una mujer virtuosa, dice la Papisa. Y su encarnación de Espadas, también.

Los que forman ese Poder Eclesiástico han elegido la reclusión frente a la libertad. Y es así porque son cobardes, tienen miedo a vivir y prefieren encerrarse entre los muros de un edificio hablando con una entidad sobrenatural que mezclarse con las miserias y pasiones del resto de los mortales. De alguna forma, huyen de los problemas cotidianos para abandonarse a una vida fantasiosa y presuntamente idílica, ritualizada, protocolizada y poco dada a cambios o alteraciones. Este miedo, un miedo atávico a lo desconocido, también anida en las Sotas, pero ellas no quieren, por el momento, ser Papisas (la de Espadas, sí), así que están dispuestas, en la medida de las posibilidades que su miedo les permita, abrirse al mundo y a sus semejantes pero, conservando determinados ritos, determinadas costumbres, determinadas formas de hacer que las mantienen unidas a una vida anterior, cuando aún no se había construido el deseo en los inocentes espíritus de los adolescentes, ese deseo de tocar, de ver, de sentir, de gozar, el deseo por alguien, el deseo de tener, de aparentar, de emborracharse o de dormir diecisiete horas....

La Sota puede aparecer en cualquier momento vital.... después de cuarenta años de matrimonio, he conocido a alguien en un crucero, alguien muy educado, muy elegante. Se le ve una persona de mundo, ha estado casada tres veces, ha viajado. Me encanta. Pero, ahora, no se como se hace, no se nada... estoy muy anticuadx... es decir, aparece ante la sorpresa reveladora, esa que nos pone en una situación que podríamos llamar "de adultos". Esa Sorpresa, para la que LeConsultant no encuentra respuesta, no sabe qué hacer, está aferrado a viejos clichés pero quiere avanzar, siente que está en uno de esos momentos, ese "tren solo pasa una vez" y otras metáforas similares, esa sorpresa puede adoptar cualquier forma y siempre es positiva para LeConsultant (una forma muy elegante de decir que, pase lo que le pase, incluso si no le pasa nada, es bueno para LeConsultant, porque aprenderá algo).

La Sota tenderá a acercarse a personas que piensen aproximadamente lo mismo que ella. Pero solo le resultarán interesantes los Reyes.

¿Si me sale en una tirada una Sota quiere decir ¡sorpresa!? ... Muy bien, ya va desarrollando su pensamiento alegórico..


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