Los Arcanos Menores: LOS ASES (La Vía Alegórica)



¡Oh, el mundo de los Ases! Ese instante preciso en el que la realidad aparenta ser un camino que nos conduce a la utopía de nuestros sueños. Dos Ases se ven, los vemos, lo sentimos: Oros y Varas; los otros dos solo los percibimos en las vísceras, en el interior, en lo profundo, Copas y Espadas.

El As de Oros es una mejora o perfeccionamiento de nuestra Zona de Confort. Así, el As de Oros se configura como un objetivo, un plan más o menos difuso o diluido que proporcionará, si todo sale bien, una mejora significativa en la calidad de vida de A. El As de Oros no garantiza el éxito pero sí que el plan, idea, proyecto o sueños alucinatorio provocado por un consumo masivo de LSD es bueno, si llega hasta el final, hasta el 10. Obviamente no es un camino de rosas: A., como cualquier otro ser sintiente, tiene sus propios principios, valores, personalidad o carácter y ello condicionará el éxito.

El As de Varas es el equivalente al deseo de vivir experiencias de cualquier índole de una forma activa, consciente y decidida. No proporciona ninguna mejora significativa en la Zona de Confort de A., es decir, es una acción orientada a la diversión, lo lúdico, lo superfluo, lo innecesario. El deseo de tener una experiencia, sea para bien o para mal, justifica la aparición de este As en una tirada. Es por ello que el 10 de varas es el agotamiento, el cansancio: una vez descargada la adrenalina o las endorfinas, fin.

El As de Espadas es la señal de que A. no está preparada para lo que sea que se ha propuesto porque habita en una Prisión de Máxima Seguridad puramente mental, en la que todo está reglamentado, regulado, definido y predefinido. Porque ese As de Espadas es la Sabiduría que solo proporciona la experiencia, esa que matiza los clichés y los convierte en pensamiento original, ese punto en el que A. construye y define su propia realidad, ese punto en el que se hace necesaria una apertura mental, un abrirse al mundo y a sus maravillosas maravillas para reconstruir las reglas y las normas, las obligaciones y los deberes con lo que A. ha construido los muros de su enorme prisión. Así, el As de Espadas le recuerda a A. que está muy lejos de conseguir esa Sabiduría, esa renovación, si no toma nota de la experiencia, si no anota la densidad de los acontecimientos que la han traído hasta aquí. El As de Espadas es la meta: el camino para alcanzarla está plagada de obstáculos: creencias erróneas, moral estricta, prejuicios, prohibiciones que A. se impone a sí misma...

El As de Copas es uno de esos planes soñados, deseados, ideales, ese punto en el que, por fin, podremos ser imaginariamente felices. Algo en nuestro devenir sucede, algo que sí, nos gusta, sí, suena bien, sí, es una buena idea, pero aún no sabemos si.... claro, no vemos el futuro. Ese As de Copas, eso que yo identifico con la primera carta de un mazo circular y con el Grial, es invisible para nosotros a menos que fluyamos con la situación. En numerosas ocasiones este Grial pone contra las cuerdas a A. puesto que debe tomar una decisión que trastoca todo: ¿qué hacer?¿seguir en esta vida de aventura y riesgo haciendo méritos, inflando mi ego con medallas sin valor o adentrarme en ese terreno pantanoso, para el que no se si estoy preparada - piensa A. - con el fin de hacer realidad, siquiera parcialmente, mis sueños?

El As de Espadas es la apertura mental tratando de hacer Lo Correcto porque ahora mismo A. no lo está haciendo, más que nada, porque está usando ideas que ya no sirven, están obsoletas o, sencillamente, están tan alejadas de la realidad como lo estamos de los límites indeterminados del cosmos. El As de Copas es el Grial que se esconde detrás de algo que aparenta ser banal, intrascendente, corriente, ordinario, algo que quizá intuimos que se esconde debajo del velo de la realidad, quizá percibimos que existe cierta vibración, cierta textura, cierta coloración que coincide exactamente con el material con el que se han forjado nuestros sueños. Pero no lo vemos...



EN DONDE A. CONOCE A T. Y ENTRA EN LOS ASES


A. conoce a T y a pesar del aspecto riguroso y ascético de T., de esa solemne seriedad, A. percibe cierto tipo de vibración electromagnética en su cuerpo. Poco importa la edad, el sexo, la orientación sexual o el origen étnico de A. y de T. Hablan, chatean, se ríen (hacía tanto tiempo que A. no se reía que no está segura de que le salga una mueca horrenda). Aún no hay contacto físico de ninguna forma, no hay aún un encuentro más o menos tórrido en algún bungalow junto al mar. A se pregunta ¿qué quiere T de mí? (no va a preguntar si está "enamorada", porque eso es algo que se sabe; solo quiere saber si merece la pena acortar la distancia física que la separa de esa T).

A. está en un AS DE VARAS si su cerebro se puebla de sueños lúbricos, de aceites y bálsamos, de posturas acrobáticas, de posibilidades amatorias. Es el principio del onanismo convulso y de la seducción directa y aparatosa, quizá excesiva. Este As invita a A a una acción directa, a calentar el tono de las conversaciones porque a esa T le resulta esa A casi irresistible. Este As de Varas incluye cierto exceso, cierta vehemencia y cierto espíritu competitivo (mientras T. aún no haya dicho No, de una forma u otra, A. se encargará de señalizar convenientemente que es ella y no otra letra cualquiera, la que se va a perder en las selvas húmedas de la lascivia y la lujuria.

A. está en un AS DE OROS si contempla a T. como una candidata perfecta en el papel de Acompañante o Mobiliario Humano que ayuda a evitar un cierto tipo de soledad. No hay lujuria ni lascivia, no hay estimulación sensorial más allá de cierta presencia física (esa T. tan recta y formal, tan cuadriculada, tan limpia y aseada, tan pulcra, "pega" con A.). A. y T. comparten gustos y ciertos valores de "normalidad". A. solo busca a alguien por razones puramente formales: ha llegado la hora de "sentar la cabeza", de aceptar de una vez por todas, los valores tradicionales de las sociedades burguesas heteronormales y sexistas en los asuntos relacionados con la formación de parejas. El principio de una bonita Amistad Fraternal está en esta carta.

A. no sabe que está en un AS DE ESPADAS, es decir, que aferrada como está a patrones de comportamiento decimonónicos o sostenidos por el cliché (los hombres solo quieren sexo, las mujeres deben tener pocos romances, etcétera) no comprende a T. Le resulta tan incomprensible como un Tratado de Matemática Aplicada o como un cuadro de Rothko. T. podría ser una magnífica candidata para esta A. que tanto abusa del cliché y que muestra una falta de experiencia vital y una ausencia clara de habilidades sociales. El terror a equivocarse en la elección del candidato que A. considere merecedor de su afecto vulgar, frena tanto a A. que, o bien abre la mente (abre los sentidos y se deja llevar por ellos) o T. no será más que una nube en un cielo de verano.

A. no sabe que está en un AS DE COPAS, es decir, que sí, siente que está cómoda con T., que se llevan bien, que T. es atractiva y sexy, pero no está segura de que T. esté tan interesada en A. como ella lo está en T. En general, A. tiene una idea bastante prejuiciosa y regulada de acerca de los enamoramientos, los encoñamientos y sus variantes, de forma que al no sentir un AS DE VARAS, al no sentir esa falta de apetito y de sueño que se siente en el AS DE VARAS, no sabe si.... Y lo es. De hecho, T. es la mejor candidata posible para esa A. en este momento, en este instante. Posiblemente la autoestima de A. es tan baja (o inexistente) que no puede concebir que alguien pueda sentir un deseo feroz por ella.



EN DONDE A. ENCUENTRA UN TRABAJO Y ENTRA EN LOS ASES


A., después de mucho buscar, ha encontrado un trabajo: alguien le ha hecho una oferta, alguien le ha dicho que buscan gente en alguna parte, alguien ha sugerido su nombre para que protagonice una serie de televisión para Sexflix. ¿Me irá bien?, pregunta indecisa A...

A. está en un AS DE VARAS si esa oferta requiere de él creatividad para resolver problemas, es decir, cualquier actividad que entrañe un reto, un desafío o vencer un imposible. En este sentido, esta carta garantiza acción por parte de A., una acción que no necesariamente es física y que puede ser mental: creativos publicitarios, programadores de app, agentes en el mercado de futuros, arquitectos a los que se les ofrecen proyectos imposibles, diseñadores de webs, instagramers, youtubers o participantes realitys y otras variantes. No existe demasiado margen para el error en el sentido de que ese trabajo es un reto o un desafío, y por lo tanto solo cabe el éxito, ser los primeros (no necesariamente los mejores). En este AS DE VARAS, A. tiene tendencia a cierto nivel de estrés, de velocidad, de ausencia de reflexión. El dinero no es lo más importante, sino un cierto tipo de reputación. Si A. ya estuviera trabajando, este AS DE VARAS habla del inicio de una vocación artística o relacionada con determinado tipo de forma de expresión (fabricar papel, hacer maquetas, reparar muñecas de porcelana, entrar en una escuela de teatro, idear un fármaco o una droga revolucionaria, ser ingenierx fiscal por horas...)

A. está en un AS DE OROS si esa oferta o trabajo o proyecto le proporciona una estabilidad financiera a largo plazo. No es un trabajo especialmente interesante ni divertido, solo sirve para ganar dinero, pagar facturas y aportar cierto grado de estabilidad y de seguridad, ese Orden que tanto adoran los Oros. Si A. ya estuviera trabajando hay que entender este AS DE OROS o, como una nueva oferta que más o menos es exactamente igual que la que ya tiene, o bien como un proyecto personal, es decir, la creación de un negocio, la apertura de una tienda... Existe una tercera posibilidad que es la entrada de un dinero (o de algo que lo vale) sin intervención directa de A. De alguna forma, A. sabe que existe esa posibilidad (alguien le debe dinero, espera recibir una herencia, se va a vender esa casa que era de mis abuelos, se van a vender las acciones que me regaló Mark (Zuckerberg)...).

A. no sabe que está en un AS DE ESPADAS cuando está a punto de rechazar un trabajo porque cree que no es un buen trabajo o porque teme no estar preparada o sencillamente, porque asegura que no le gusta (sería mucho más interesante si dijera, "no quiero"). Este AS DE ESPADAS en el que NO SABE que está, le recomienda a A. que abra su mente y no se deje arrastrar por los prejuicios, por el miedo a no hacerlo bien (prueben a preguntar si no saben hacer algo; nadie nace sabiendo), por el miedo a ser la letra más fea que atiende en esa tienda de ropa tan chic. Las inseguridades y miedo irreales de A. le pueden conducir a rechazar una oportunidad buenísima para ella. Si ya está trabajando y ha recibido una oferta, esta carta le obliga a abrir los ojos y mirar frente a frente a la realidad: Sí, lleva diecisiete años trabajando para su familia, si ya sabemos que la quiere mucho y sí, también sabemos querida A., que usted piensa que si dejara ahora la empresa, su padre, su madre, sus tíos, sus perros y sus peces morirían instantáneamente del disgusto, pero no, se equivoca. Abra su mente, cambie de aires, acepte esa oferta que es considerablemente mejor que seguir trabajando con su familia. Nadie se va a morir, nadie la va a echar de menos, su padre le preguntará ¿cómo has tardado tanto en decidir marcharte?, su madre la felicitará pero ni sus tíos, ni sus perros, ni sus peces la extrañarán lo más mínimo, querida A...

A. NO SABE que está en un AS DE COPAS cuando está a punto de aceptar un trabajo que parece tan sorprendentemente bueno que parece irreal o fantasmagórico. Lo siente (la entrevista fue muy bien, el sitio es fantástico, tiene hasta restaurantes para que no nos movamos de allí y trabajemos más horas gratis, trabaja mucha gente de mi edad, muy cool y pagan muy bien) pero no cree que pueda durar, no cree que pueda ser verdad que se pueda trabajar en equipo de esa forma... Ese trabajo es más que un trabajo: es la Universidad Desconocida, es ese lugar transformador de forma integral, ese trabajo que cambia la vida para siempre. Es un punto de inflexión en la trayectoria vital de A: un jugador del Villagorda Basket Club (A.) fichado por los Lakers es la metáfora perfecta. Si estuviera trabajando, A. no sabe que está en un AS DE COPAS cuando se le ha ocurrido una idea o negocio cuyo último fin no es ganar dinero ni prestigio ni reconocimiento, sino participar activamente en la mejora del mundo y de los seres sintientes que lo pueblan. No cree que sea buena idea, no sabe si prosperará, si se debe dedicar de lleno a ello y abandonar el sitio en el que trabaja... No, con solo esta carta no sabemos si abandonará el sitio en el que trabaja (necesitaría una Torre cerca), o si properará (necesitaría un AS DE OROS cerca) o si se debe dedicar de lleno a ello (necesitaría un AS DE VARAS cerca) pero si se que es una idea magnífica y que debería hacerla... ¡le va a cambiar la vida!



EN DONDE A. TIENE UN DOLOR EN EL PECHO Y ENTRA EN LOS ASES.


A. se despierta con un enorme dolor en el pecho. Después, desaparece. Sucede varios días. A., se asusta pero no se decide a ir al médico porque le da miedo lo que le pueda decir. Así que recurre a uno de ustedes, a mí, con la siguiente advertencia: "No me diga nada malo". ¿Es grave? Un familiar mío también empezó así y ahora... ahora ya no está...

Si A. está en el AS DE OROS es porque goza de buena salud. Ese dolor en el pecho no es más que un susto, un aviso de algo que no termnina de ir muy bien pero que, en este momento, no entraña ningún tipo de riesgo para A. En cualquier caso, sugiere, por ser un AS, que ha llegado ese temido momento de empezar dietas, a reducir el consumo de cerveza y otras bebidas engordantes, de reducir el consumo de opiáceos o el de empezar a andar sin más finalidad que esa. Ha llegado ese horrendo momento de empezar a cuidarse un poco más que de costumbre.

Si A. está en el AS DE VARAS es porque eso que le pasa necesita de atención urgente, de revisión, de comprobación. Necesita de una acción encaminada a la eliminación de una dolencia que, de dejarse abandonada, podría traer consecuencias nefastas para la salud de A.

Si A. NO SABE que está en el AS DE ESPADAS es porque el miedo a saber, la creencia falsa en que eso es "normal" (será la cerveza o el tequila, será la tensión, será el calor o el viento del este o quizá no sea nada más que un virus) o cualquier otra excusa (el terror a escuchar el veredicto de un especialista) la que va a conseguir que A. termine pareciéndose a su familiar, ese que ya no está... En esta carta se esconde el autodiagnóstico (¡Hola, Doctor Google!) u la automedicación. El AS DE ESPADAS le advierte que, en este caso, la actitud más correcta sería la del AS DE VARAS...

Si A. NO SABE que está en un AS DE COPAS es porque sabe que esa dolencia está cronificada desde hace tiempo, aunque quizá ahora necesite de cierta atención. Una revisión a tiempo es una victoria. A. no debería preocuparse, ya sabe lo que es, y debería aceptar que es crónico, lo que le obliga a tomar un número cada vez grande de fármacos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Alguna pregunta?