Los Arcanos Menores: LOS DIECES (La Vía Alegórica)


¡Oh, La Eternidad! El tiempo desaparece, no hay un Antes y un Después solo hay una eternidad inmóvil, una quietud, un silencio. No hay tránsitos de luz y de oscuridad, solo una enorme materia oscura indefinible que mantiene unido a lo que sea que está en esa eternidad. Los DIECES son la alegoría de esa eternidad, de esa quietud, de esa vida en la que el tiempo carece por completo de importancia, en la que no hay alteraciones, ni sorpresa, solo quietud y para los espíritus más intrépidos, aburrimiento y sopor.

Los DIECES implican quietud. No hay pasión, no hay acción, no hay nada más que un hastío insoportable. De alguna forma, en los DIECES, dejamos de vivir y nos convertimos en espectadores: ahora nos sobra el tiempo, nada nos inquieta, nada nos perturba más allá de la llegada de una tormenta o una bajada generalizada de las temperaturas con vientos que pueden alcanzar los 40 km/h, algún video de algún animal domesticado haciendo cosas, algún crimen espeluznante o el estreno de una película. En los DIECES nos perdemos en la monotonía de días invariablemente iguales, sin emociones, sin sorpresas, sin movimiento. Dormir - Trabajar - Esperar la hora de dormir otra vez parece la secuencia vital de un DIEZ.

No hay amor en los DIECES solo Fraternidad o Hermandad. No hay sexo en los DIECES, no hay entusiasmo, sólo hay marasmo. Así, por ejemplo, en algunos mazos, el DIEZ DE COPAS aparece como "Familia", unión fraternal de personas elegidas, o no, voluntariamente. La eternidad del concepto "familia" está aquí: se puede ampliar, se puede reducir, pero la idea en sí misma permanece inalterable salvo que todos los miembros de la "familia" desaparezcan o solo quede A., LeConsultant. Lo mismo sucede con el DIEZ DE OROS, identificada en algunos mazos como Riqueza (esa pregunta que Jack Nicholson, en el "Chinatown" de Polanski, hace a John Huston: ¿Cuánto dinero tiene?... ¡Yo qué se! ¡Soy rico, no cuento el dinero que tengo!). De alguna forma, la situación económico-financiera, el recuento de sus activos, de lo que A. tiene, no puede mejorar porque ha alcanzado ese punto de eternidad. Cualquier variación no alterará el concepto de riqueza. Si tengo dos hijos, la parejita chico-chica, la llegada de un tercero no alterará mi situación de riqueza si ya estoy en un DIEZ DE OROS, es decir, ya tengo lo que considero un Exitazo dentro de La Normalidad (¡Oh!¡qué suerte! ¡chico y chica! yo estoy buscando una chica pero de momento tengo cinco chicos, a ver si a la sexta... esta persona aún no ha alcanzado el DIEZ DE OROS)...

Hay pura inacción en el DIEZ DE VARAS. Pasamos de ser actores a espectadores. Jugadores pasivos, atentos a la televisión y al móvil, vagando por páginas, pinchando en MeGusta, dejando algún comentario, alguna frase, replicando sin parar contenido de otras personas, copiando y pegando pero sin generar ningún contenido propio. No hay descubrimiento, no hay sorpresa, no hay acción consciente y decidida en busca de algún objetivo. Nos hemos jubilado en la Vida y esperamos, hipermedicados, alargar nuestra existencia sabiendo que moriremos. En el DIEZ DE ESPADAS hemos alcanzado un estado cercano a la insatisfacción permanente, a un ahogo, a una opresión que nos hace vivir instalados en una especie de sufrimiento. Nada nos satisface, nada nos gusta, nada se parece a lo que queríamos, aunque no sabíamos qué es lo que queríamos si es que quisimos algo alguna vez. Ya sabemos que ningún gesto es inocente, que esa camiseta tan bonita la ha fabricado alguien esclavizado en algún país del Tercer Mundo, que ese tomate tan hermoso es gracias a un proceso de industrialización en la producción de semillas que están alteradas genéticamente, que ese pez tan brillante está en una granja alimentada con mezclas complejas de nutrientes cuya composición incluye algún pequeño neurotóxico... El pesimismo, la tristeza permanente, la negatividad feroz están aquí....



EN DONDE A. CONOCE A B. Y, SIN DARSE CUENTA, ENTRA EN LOS DIECES

A. conoce a B. usando las Redes Sociales. Chatean. B. propone una cita. ¿Qué quiere B. realmente? se pregunta A. Y sin darse cuenta, entra en las cartas más tristes del mazo, entra en la Eternidad, en los DIECES

A. no sabe que está en un DIEZ DE OROS si piensa que B. busca algo más que beber un par de cervezas porque B. solo quiere tomarse un par de cervezas. La persona que se esconde detrás del Sustituto es sólo un amiguete, alguien con el que charlar de cuando en cuando, alguien que, de cuando en cuando la hace reír. Pero no hay nada más. Ese Avatar con el que habla es casi más interesante que la persona que se esconde detrás.

A. no sabe que está en un DIEZ DE COPAS si piensa que B. busca algo más que beber un par de cervezas. Es evidente que entre A. y B. ha habido un intercambio de intimidades y secretos, de aparente comprensión mutua, de cierto tipo de conexión. Sin embargo no hay ningún tipo de atracción física. B. entra dentro del territorio emocional de A., hay afecto cálido, hay comprensión pero no hay deseo.

A. no sabe que está en un DIEZ DE ESPADAS si piensa que B. busca algo más que beber un par de cervezas con A., si piensa que quizá B. quiera verla desnuda o quizá crea que esa cita es el principio de algo que podría ser estupendo, maravilloso, un musical en technicolor, A y B juntos, rodeados de perdices ansiosas por ser cocinadas al Oporto... A. vive un perfecto estado de confusión, en la que todas las represiones, miedos, tabúes y prohibiciones afloran, lo que impide que A. sea espontánea y natural, o al menos tanto como lo es en las Redes Sociales... A. no sabe si le gusta A., pero sí supone que le gusta a B...pero A. sabe que no es como su avatar, que su avatar quizá haya dado una impresión errónea de sí misma...

A. no sabe que está en un DIEZ DE VARAS si piensa que B. busca algo más que beber un par de cervezas, si cree además que el Sustituto de B. en las Redes es muy interesante pero no está segura en absoluto de que B. sea realmente así, si le da una pereza enorme tener esa cita para evitar que la cosa se desmande, quizá B. siente algo por A., quizá yo no estoy de humor, dice A., quizá yo tengo ya una vida real y no quiero conocer a la persona que se esconde detrás del Avatar B. Quizá ir, para saber que quiere B., no vaya a ser que se enajene y empiece una especie de acoso virtual que puede ser real... A. no siente realmente el más mínimo interés por B....


EN DONDE A. VIVE UNA RELACIÓN SENTIMENTAL CON B. Y ENTRA EN LOS DIECES

A. está en una relación erótico festiva con B. Pero A. siente que B. está diferente. ¿Me engaña? ¿Me miente? ¿Ha dejado de amarme?

A. no sabe que está en un DIEZ DE OROS si piensa que aún existe algo que pudiera llamar Amor con B., algo que en realidad, es solo el apego o el cariño que se tiene a una mascota. De alguna forma, tal y como A. hace su pregunta, se sobreentiende (con este DIEZ DE OROS encima de la mesa), que por razones laborales o impedimentos de cualquier índole, A y B no han tenido tiempo de disfrutar el uno del otro. Han dejado de amarse para apegarse, acostumbrarse a la presencia del Otrx. Y que justo ahora que esas condiciones han cambiado, justo ahora que podrían dedicarse a disfrutar de los frutos de su esfuerzo conjunto, en B. no se produce ningún tipo de alteración respecto a cualquier otro día anterior: no hay más deseo, no hay voluntad de empezar un amor maduro, no hay ganas de nada que no sea hacer exactamente lo que B. ha hecho en los últimos tiempos, cuando amar era una actividad complicada. No, B. no la engaña ni la miente, sencillamente es como siempre ha sido, ni mejor ni peor, solo que ahora A. se hace consciente y... se frustra porque lo que A. desea, B. no. O dicho de otra forma, la relación de A. y B. podría definirse como "estar por estar"...

A. está en un DIEZ DE COPAS si piensa que aún existe algo que pudiera llamar Amor con B., y que es algo muy parecido al Amor Fraternal: asexuado, apegado, con un conocimiento cabal del Otrx hasta el punto de ser perfectamente predecible. Así que esta pregunta con esta respuesta es solo las ganas de alargar la consulta, preguntar por preguntar. Porque en un DIEZ DE COPAS A. sabe que es perfectamente posible que tenga una relación pornográfica con alguien, pero que si la tuviera, A. lo sabría. No existe la posibilidad de que B. engañe o mienta a A.

A. está en un DIEZ DE VARAS si ha alcanzado ese punto exacto en el que la indiferencia hacia B. alcanza su máximo. ¿Están juntos A y B? ¡Oh, qué bien! No existe nada que los una excepto la costumbre, la rutina o un cierto tipo de acompañamiento, el mismo que proporciona una tortuga como mascota. Poco importa si B. miente, engaña o ha dejado de amar a A. ¿Qué más da? ¡Que se divierta B.!

A. está en un DIEZ DE ESPADAS si siente la profunda indiferencia de B. hacia ella y no sabe qué hacer porque cualquier canal de comunicación que pudiera existir entre A y B o no existe o sencillamente está absolutamente destruido. A. no deja de darle vueltas a la cabeza con esta pregunta, ¿me engaña? ¿está con Otra Letra, con Otra Vocal?. Imagina tramas complejas, situaciones imposibles, conjuras, brujerías y trabajos de todos los colores, abducciones extraterrestres, la envidia de los demás o la madre de B. que nunca ha querido que estuviera con A. y contrata a sicarios sobrenaturales que ensayan amarres o un estado de enajenación mental transitoria de B. A. excluye la posibilidad de hablar con B. porque todos los canales de comunicación o no existen o están destrozados... Así que, quizá (aunque es improbable), A. se decida a hablar con B., preguntar y aceptar lo que es factible, que B. esté pensando seriamente en provocar un cataclismo...



EN DONDE A. ESTÁ EMBARAZADÍSIMA Y ENTRA EN LOS DIECES

A. está embarazada de cinco meses. Ha tenido algunas molestias pero, en general, todo va más o menos según lo previsto. ¿Tendremos complicaciones?, se pregunta A.

A. está en un DIEZ DE OROS si todo va según lo previsto, todo va normal, sin alteraciones ni bifurcaciones ni complicaciones, esas cosas que tampoco encontramos en Lo Eterno.

A. está en un DIEZ DE COPAS si además de ir todo según lo previsto, A. se encuentra en un estado de alegría casi permanente, un estado que la está abriendo al mundo como nunca lo había hecho. Está disfrutando del momento, de este instante eterno...

A. está en un DIEZ DE VARAS si no va todo según lo previsto y se hace necesario reposo casi permanente: pocos esfuerzos, comida equilibrada, nada de yoga ni de zumba, nada de seguir trabajando ahí...

A. está en un DIEZ DE ESPADAS si además de no ir todo según lo previsto, A. se encuentra en un estado mental que amenaza quebrarse en cualquier momento, porque ahora A. tiene miedo a todo: su cerebro no para de imaginar futuros sombríos, muertes prematuras por causas cada vez más improbables y un largo etcétera de causas probables (solo en la mente de A.) de empeorar algo que no va bien o no tan bien como sería deseable. Así que el deseo de llevar el embarazo a término es tan fuerte en A. que trata de proteger al feto de cuanto peligro, probable o improbable, pueda causar su muerte. Pero no, no va bien...


1 comentario:

  1. Tu artículo me ha ayudado mucho a entender la tirada que tuve en tarotsio-no, espero que sigas haciendo y acabar de entender algunos aspectos que no comprendí. Gracias.

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