Eso que ven ahí es el DOS DE VARAS del tarot diseñado por el ocultista Arthur Edward Waite y pintado y coloreado por Pamela Colman-Smith, editado por William Rider en 1910 y que, por desgracia para la autora de alguno de los dibujos más influyentes del siglo XX, sólo se conoce como Tarot Rider-Waite. Una verdadera injusticia.
En esta carta se ve a un gentilhombre, ataviado al modo de la burguesía incipiente de los siglos XV y XVI en la Europa mediterránea tal y como es descrito por Eugenio Garin en "El hombre del Renacimiento". En su mano derecha, un globo terráqueo. En su mano izquierda sujeta una de las varas, la otra reposa apoyada en un dudoso equilibrio contra lo que podría ser una almena de una fortificación o castillo colocado en lo alto de un cerro. La vara izquierda está apoyada sobre una en la que destaca un emblema con granadas y lirios blancos. Al fondo, un bosque frondoso, unas montañas, cuyas cimas están cubiertas por una vara y, a la izquierda, el mar. Un cielo amarillo-anaranjado envuelve la escena.
¿Por qué ve el hombre el mundo en su totalidad como un símbolo? Ferenczi considera que el mundo es, primariamente, hostil al sujeto y que la tendencia del hombre a encontrar lo que ama en objetos, formas o aspectos del mundo es la fuente primera, el origen del simbolismo. Es decir, el hombre descubre como un «intermundo» o un común denominador, a veces sólo, o ante todo, por la vía emocional, entre su interior y lo exterior. Ve su agresividad contenida en una espada, su pasión en un color rojo, su anhelo de elevación en una montaña o en un alto edificio; esto le reconcilia con el mundo y a la vez le hace entender esas formas de realidad como correspondientes a lo que hay en su interior.
En un primer nivel de interpretación, el DOS DE VARAS es una carta de interdependencia emocional entre el sujeto y el mundo exterior. Tiene claros los fines que pretende alcanzar y, a la vez, una imagen exacta de eso que pretende alcanzar. La naturaleza de "rico" o "burgués" del hombre, nos explica que no es ansia de bienes terrenales o materiales lo que se pretende conseguir: es la fama, la gloria, la inmortalidad, el dejar huella en algo o alguien. ¿Qué es ese mundo del consultante? Puede ser una pareja, la familia, la empresa en la que trabaja... Es una carta ambivalente: la vara refuerza el sentido de mando, es decir, de poder. El Globo Terráqueo y el paisaje hablan de los sueños posibles, de adecuar el mundo soñado (el globo terráqueo) con la realidad (el paisaje). Pero a la vez, necesita del otro (sin paisaje, la imagen del globo terráqueo pierde su sentido). De ahí la interdependencia. En algunos casos, esta carta refuerza la naturaleza disfuncional de una pareja (dependencia emocional malsana).
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