EL ORDEN DE LOS ARCANOS según OUSPENSKY

P.D. Ouspensky


Piotr Demiánovih Ouspensky es uno de los esoteristas más interesantes de principios del siglo XX. Sigue y difunde el famosísimo "Cuarto Camino" de Gurdjeff. En distntas obras suyas y usando el tarot de Wirth como base (Ouspensky cree que sólo el mazo de Marsella o variaciones son tarot auténticos), se puede encontrar lo podría ser un Camino de iniciación del Tarot que arranca en las Figuras de Corte y los Ases y termina en el Arcano XXI.

Si lo seguimos desde los Ases, pasando por las Sotas, Valets o Pajes, las Reinas y los Reyes, hasta llegar a los Caballeros, abarcando la totalidad de los arcanos menores (Copas, Bastos, Espadas y Oros), nos encontraríamos con las primeras etapas del desarrollo espiritual del ser humano, plenas de apegos, espejismos, egoísmos, envidias, codependencias, etc. El equivalente a lo que los sabios de la India denominan Maya: la cárcel de la ilusión del mundo en la que vivimos atrapadas casi todas las personas.

Según el tarot, el primer tipo de hombre es como un niño, alguien muy joven o, en el peor de los casos, si no se ha desarrollado siquiera un poco, un esclavo mental como la Sota, el Valet o el As. Estos arcanos son el principio del viaje, el inicio de cualquier cosa. Se trata de alguien que aún no piensa por sí mismo, dedicado a obedecer, a complacer a los demás y a hurtar o tomar prestadas ideas de los otros para luego creer que son originales. La mayor parte de la humanidad no posee ideas propias. Grandes cantidades de hombres permanecen la mayoría de su vida e incluso mueren en la fase más primitiva, bajo el influjo hipnótico de Maya y el sueño lunar: totalmente dormidos y subyugados por las apariencias del mundo.

Un segundo tipo de hombres es representado por la Reina: mucho más capaces de tomar algunas decisiones, con algo de astucia y con un poco de libertad, la cual en ocasiones no han tenido que buscar conscientemente; a veces alguien se las ha obsequiado, quizá se las heredaron o la sustrajeron furtivamente a otros. En este estadio del desarrollo, la persona se encuentra aún sometida al influjo total de la figura materna, dominado por ella. Representa a alguien con ciertas concesiones y libertades, empero, dormido en sus laureles, incapaz de renunciar a sus comodidades y privilegios. Como la define Ouspensky: una personalidad que se quedó estancada en su desarrollo aunque en algún momento pudo crecer y liberarse, y cuyas posibilidades pueden perderse.

El tercer tipo de hombre corresponde al Rey, quien ha tenido que luchar (y no pocas veces, a muerte) por defender o ganar su reino. Son un poco más dueños de sí mismos y de su espacio, en contraste con la Reina, el Valet o la Sota. Ha hecho un trabajo emocional nada exento de sufrimientos, los cuales los han fortalecido. Poseen bastante fuerza, aunque pueden seguir estando influidos por el peso de la figura masculina. Todo lo que han conseguido lo pueden perder todavía, sobre todo con las acciones de otro rey rival, con quien eventualmente les sería difícil negociar o dejar de rivalizar. De hecho, aún se encuentran en conflicto con la figura del padre y este es su principal punto débil, a pesar de todas las concesiones y facultades obtenidas.

De pronto, se llega por fin a una fase posterior del rito de iniciación. El Caballero del tarot representa a la persona que ya emprendió su camino espiritual, comenzó a pensar por sí misma, dejando de ser un esclavo mental, confrontó y venció a la Reina y al Rey, a quienes a pesar de todo respeta y ama, reconciliándose y trascendiendo su relación con la figura materna y paterna. El Caballero se encuentra listo para abandonar el nivel superficial de los arcanos mayores. No lo seducen ni el poder, ni el dinero, no lo domina el sexo, las religiones ni las filosofías, aunque conoce un poco de todos ellos, los cuales están representados por las Espadas, las Copas, los Bastos y los Oros. No odia ni se confronta con las figuras de autoridad, sean estos hombres o mujeres, pero tampoco sucumbe bajo su seducción y autoridad.

Un buen día, el Caballero se cansa de estar vinculado o unido a cualquier Rey o reino. Es el momento de dejar de dar cuentas a alguien y gobernarse solo. Todo aquel que ha abandonado la seguridad de un empleo estable, de una iglesia, de una institución o de una familia, arriesgándose para sobrevivir por su cuenta propia, se refleja en él. El peso de sus utensilios bélicos lo agobia, comprende que si desea crecer, deberá renunciar a todo. Se despoja de su armadura y de su equipo de guerra para iniciar el verdadero camino, que apenas comienza. Encontró a un perro por el camino y se hizo su amigo: en un futuro próximo el animalito lo ayudará para aprender a dejarse guiar por sus instintos. Hasta entonces ha trepado por una larga escalinata, creyendo que pronto se acercaría a su objetivo, empero, el trabajo real sobre el denominado Cuarto Camino, el Camino del Espíritu, apenas comienza. Este caballero se encuentra listo para convertirse en el Loco: el arcano número 0 del tarot.

Y de ahí, en adelante...

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