EL PAPA en BINAH (Tríada de las Raíces)

El Papa (Hierofante) del TAROT DE PRAGA


¿Cómo es el Papa en la vida cotidiana? ¿Cuál es su mundo? ¿Cómo actúa o se comporta, como se manifiesta esa Voluntad y esa Sabiduría? ¿Qué significa que el Papa aparezca en la posición 3 de la tirada del Arbol de la Vida?

Conociendo la Voluntad del Papa (El papa en Kether) y lo que forma o constituyen sus ideas o su fe (El Papa en Chokmah), podemos hacernos una idea de cómo es el Papa (El Papa en Binah).

El Papa es, en sí, un símbolo de Perfección. De ahí que sea un perfeccionista, con todas las connotaciones que eso lleva, tanto positivas como negativas. Al estar aferrado a Valores Elevados, ya sean de conceptos abstractos o subjetivos como Honor o Gloria u otros más concretos como Lealtad o Piedad, y dada que su Voluntad es ejercer de Guía básicamente, la figura alegórica del Papa implica una vigilancia constante y comparación constante entre la perfección (subjetiva del propio Papa) y la realidad (siempre imperfecta) lo que le hace ser extremadamente implacable con lo que considere inmoral o contrario a las costumbres o tradiciones.

La obstinación por mantenerse en el Camino de la Corrección o, dicho de una forma más grosera, creerse Chamán o Guía o Sabelotodo siete días por semana, veinticuatro horas al día, sin ningún momento de relajación, como si el Lado Oscuro que todos llevamos dentro no existiera, le conduce inevitablemente al fracaso. La obstinación por guiar a las almas descarriadas (como la del que esto escribe), les hace ser impacientes y despreciativos con los que no abrazan su ideal. Extremadamente aburguesados, tienden a ser condescendientes con los que aparentan ser o tener menos que ellos (esos que dejan las monedas pequeñas en los grandes vasos de los vagabundos, los desesperados, los drogadictos o los pobres) pero que no se interesan por ellos (no tienen compasión, pero sí piedad).

El Papa es, en sí mismo, el arquetipo de la Jaula de Oro. Todo debe ser perfecto en la Jaula, pero no deja de ser una Jaula. Es el que se hace la pregunta "¿Cuándo yo estoy mal, quién me ayuda a mi, yo que escucho a todo el mundo?". El Papa es solitario, no siente apego por las personas ni las cosas. No ama, puesto que amar lo conduciría por el Camino de la Perdición. Abandonarse a los sentidos, gozar sin restricciones son inalcanzables para el Papa.

Son religiosos, en el sentido de que, de una forma u otra, creen en algo trascendente o superior a sí mismos que tienen racionalizado y pueden explicar: la reencarnación, la transmigración de las almas, la existencia de infierno más allá de este mundo terrenal o cualquier otra idea con cierto aura de misticismo.

Son ahorradores aunque gastan mucho dinero en aparentar un determinado modo de vida. Le prestan poca atención a su aspecto personal o adoptan el estilo de aparentar que prestan poca atención a su aspecto personal. Guardan muy bien secretos, no traicionan pero no son leales más que a sí mismos. No mienten, porque no lo necesitan. Pero sí ocultan, porque es imprescindible. Son reflexivos, lentos y tardan en aceptar sus propias equivocaciones. No es orgullo, es vanidad.

No son buenos mediadores en cosas terrenales pero sí si se está hablando de valores morales. El sexo no es prioridad y siempre un cierto desprecio por la futilidad. El Hierofante, el Papa, guía, conduce a las almas atormentadas (la suya, la mía, la de todos excepto la del propio Papa) por este camino repleto de tentaciones y vanidad. Esas que tan cuidadosamente el Papa esquiva, plenamente consciente de que él si caería en la Tentación y de ahí su moralismo, su moralidad. La visión del mundo del Papa es plenamente burguesa o aburguesada: Hacer una revolución para que todo siga exactamente igual, que diría "El Gatopardo"...


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