OCHO DE PENTACULOS



Ese es el OCHO DE PENTACULOS del mazo diseñado por Arthur Edward Waite, dibujado y coloreado por Pamela Colman-Smith. El personaje central trabaja laboriosamente unos pentáculos. Seis cuelgan en linea recta, uno está en el suelo a los pies del herrero y el octavo aún se está grabando. Waite, en "la Clave Pictórica del Tarot" asegura que los pentáculos que están a la derecha "cuelgan como trofeos".

Pamela pinta los "trofeos" en estilo pitagórico: El 6 es el número de la mente y comporta un completo aprendizaje de todos los procesos mentales. Pitágoras afirmaba que el seis era el número perfecto. Matemáticamente hablando el 6 es la suma de los tres primeros números:1 + 2 + 3 = 6. Pero Pitágoras también observo que con la multiplicación ocurría lo mismo:1 x 2 x 3 = 6. El número 6 simboliza la responsabilidad y la perfección. Significa el proceso evolutivo de la mente cuando esta empieza a buscar, de forma interior, la razón de ser. El 6 busca la relación de las cosas y el motivo por el cual se relacionan. Dicha búsqueda suele acabar con un compromiso por parte del individuo ante la propia humanidad.

Esa búsqueda de perfección pitagórica es la que hace que se descarte uno de los pentáculos. Y es ese descarte el que hace que el herrero trabaje con dedicación y concentración en el grabado del octavo. El azul del vestido del herrero ya saben que simboliza cierta simpatía y cierto grado de confianza y de fidelidad.

En una interpretación de primer nivel la palabra clave debería ser la Búsqueda de la Perfección con Prudencia. La prudencia (simbolizada en ese descarte y en la concentración del herrero haciendo otro pentáculo) se opone a la arrogancia de tener "trofeos", a la vanidad y a la codicia. Esta carta invita a el/la consultante a medir y controlar la forma de hacer las cosas, de decir las cosas, a descartar todo lo que sea alejarse del Camino de la Corrección, a ser menos impulsivo o menos feroz, a juzgar con más benevolencia (ese pentáculo descartado sin que aparente fallo asegura que el herrero, en su afán de perfección, es extremadamente puntilloso e implacable). Invita a el/la consultante a usar más de su simpatía y de su buen talante (ese azul), a usar ese conocimiento acerca del mundo y de las cosas del mundo y ser más condescendiente o tolerante. Invita a el/la consultante a que sea escrupuloso en su forma de decir las cosas con un tono más conciliador, menos sarcástico, con menos crueldad y frialdad. ¿Por qué decir y no hacer? El palo complementario natural de Pentáculos es Espadas (Ideas, razón, inteligencia verbal). No se trata de que sea cauteloso protegiendo lo suyo (para eso hay otras cartas en el mazo), sino que estar en posesión de cierto estado de confort, seguridad afectiva y económica, cierto grado de mando o de poder en un entorno privado o público no deben hacerle caer en la tentación de ser arrogante o estúpido: nadie le va a a quitar nada, pero si no se es prudente en las formas de conducirse, puede verse alterado todo el entorno de la/el consultante.


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