TRES DE VARAS



Ese es el TRES DE VARAS del mazo diseñado por Arthur Edward Waite y dibujado y coloreado por Pamela Colman-Smith, conocido como Tarot Rider-Waite, obviando a la dibujante y haciendo notorio al editor. En ella se ve a un hombre subido en lo alto de un promontorio con dos varas en su lado derecho y uno en su lado izquierdo. La ausencia absoluta de sombra hace pensar en el mediodía. Al fondo, un mar dorado en el que se vislumbran pequeñas embarcaciones y una cordillera lejana. El hombre lleva una toga que, en su hombro derecho es roja y el izquierdo verde.

El naipe está diseñado sobre el concepto de espacio (dado que el hombre nos muestra la espalda, estamos colocados en el mismo plano que él). El cénit (mediodía) señala el paso del mundo de la manifestación al de la eternidad. El sol naciente se identifica con la iluminación, el sol poniente con la muerte y la oscuridad. Simbólicamente, y siguiendo a Rene Guenón, el lado derecho corresponde con el plano solar, al futuro mientras que el lado izquierdo pertenece al lado lunar y al pasado. El presente es Shiva, el tercer ojo, que geométricamente es inexpresable o representado sólo como un punto sin dimensiones.

La vara ya sabemos que es un signo de dominio o de poder. El color dorado u oro es la imagen del sol o lo superior, la glorificación del estado alquímico posterior al negro (culpa o penitencia), blanco (perdón, inocencia) y rojo (sublimación, pasión).

El mar dorado, simbolizando la gloria, no está al alcance de la mano sino después de descender de un cerro o altura a la que se ha llegado con un ternario de varas (luz moral, luz intelectual, luz animal o, dicho de otra forma, la intuición, el pensamiento y el instinto). La primera reposa a su izquierda, fruto de la experiencia, las dos están a la derecha como signo de determinación. La toga roja reafirma el simbolismo de la carta, en el sentido de acción y pasión. El verde simboliza la actitud receptiva.

En un primer nivel de interpretación el TRES DE VARAS es una carta de estar dispuesto a avanzar en la consecución de fines más elevados a sí mismo, con la experiencia, intuición, inteligencia e instinto que la situación requiere. La determinación de las varas implica un compromiso, la búsqueda o la aspiración hacia fines más elevados. Esta carta no está exenta de dificultades, pero el hombre togado está dispuesto a ir hacia adelante en busca de una felicidad posible (la cordillera como símbolo de la unión de cielo y tierra).


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