Cómo leer los Arcanos Menores: EL DOS DE OROS



El DOS DE OROS es la alegoría de la Limpieza y Purificación del alma y el cuerpo de LeConsultant, corregir de alguna forma, todo eso que sabe hacer LeConsultant para conseguir todo eso que quiere tener y todo lo que debe hacer para protegerlo o custodiarlo. Es una carta de transformación en la que LeConsultant está dispuesto a hacer algún sacrificio o a afrontar alguna pérdida material a cambio de una ganancia mayor. Esta carta podría ser el equivalente, salvando las distancias, de esa obsesión por el orden y la pulcritud de Marie Kondo, en la que LeConsultant se deshace de lo superfluo e innecesario, protege lo que verdaderamente tiene valor para LeConsultant, limpia, pule, da esplendor y se prepara para lo que tenga que venir.

El DOS DE OROS forma parte de La Papisa (o Suma Sacerdotisa o su equivalente en el mazo que usen) en el sentido de imponer un orden estricto, una limpieza moral, una actitud virtuosa, es decir, eliminar cualquier tipo de conducta que no conduzca o se aleje del Camino de la Corrección fijado por la propia Papisa. Así, el DOS DE OROS es una carta de preparación para alcanzar una expectativas, una meta, un objetivo. No asegura que se consiga o se alcance, pero si augura un buen resultado, si no¿a qué tanta preparación, tanta limpieza del alma, del cuerpo, de la mente, del espacio físico que uno ocupa?

El DOS DE OROS es además una de las cualidades de la Sota de Oros: la pulcritud en las formas, el seguimiento escrupuloso de normas aunque no se comprendan ni se reflexione sobre ellas, un cuidado del cuerpo y de los disfraces o del vestuario, una cuidada puesta en escena, un lenguaje que pretende ser sofisticado pero que suena falso...

¿Por qué aparece esta carta en una tirada? LeConsultant aún conserva demasiados recuerdos de sus vidas anteriores en forma de fotografías, cuadernos, objetos inútiles, vestuario, costumbres, hábitos. Está apegado, de alguna forma, a un pasado que, en ningún caso, será mejor que este presente. Está aferrado a una montaña de recuerdos que ya no tienen ningún valor: la mayoría no se usan, se tienen porque sí: esas fotografías de bebés que haora tienen más de 30 años y que aún llevamos en la cartera, esos cuadernos de dibujos de la infancia, ese anillo que alguien me regaló una vez y que está en esa caja dentro de ese cajón de ese trastero que está abarrotado de objetos inservibles, esa ropa que ya no uso pero que está ahí, ocupando armarios; esas frases patológicas y cercanas al cliché y que nos hacen aparentar sensibles o emocionables (esos recordatorios a fallecidos en los días señalados en el calendario como fiestas, esa demagogia que lucha contra la pobreza y no contra la desigualdad..). En general, todas esas cosas que antes, quizá, nos sirvieron pero que ya no tienen ningún valor. El olvido y la renovación exterior, el desapego de las cosas y de los recuerdos, especialmente de los tóxicos, se esconde en esta carta como una recomendación para LeConsultant si realmente quiere alcanzar cierto grado de felicidad.

Pero quizá donde yo veo necesidad de limpieza interior para vivir el presente de una forma que les permita tener un futuro más cercano a cierto grado de satisfacción personal ustedes vean otra cosa. Reconozco que las alegorías del mazo Thomson-Leng son más acertadas que las dibujadas por Pamela Colman sin, por ello, desmerecer en absoluto el trabajo de Pamela del que saben que soy devoto. Piensen, imaginen o no... pero diviértanse!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Alguna pregunta?