Como leer los Arcanos Menores: DIEZ DE VARAS





En el Reino que es Malkut, en ese punto en el que cualquier acción es irrelevante, en el que la pereza, la desidia, la indolencia, la acidia gobiernan nuestra vida, aparece este flamante DIEZ DE VARAS, ese instante en el que abandonamos, renunciamos a seguir o seguimos en modo automático, sin pensar, sin hacer nada más que lo que hacemos cada día, instalados en una rutina invariable de días sistemáticamente iguales.

El DIEZ DE VARAS se esconde en la Rueda de la Fortuna (Arcano X): ese ahorro de fuerzas, esa ausencia de desgaste para manetnere en una rueda que gira y gira y gira, invariable repetición de días idénticos, rutina conformista en la que nada merece la pena, nada salvo un sobresalto, un fogonazo (un As de Espadas), nos haga abandonar las ideas que nos hacen creer que somos felices y nos obligue a movernos en otra dirección: son las ideas y las creencias, nuestra forma de ver el mundo, lo que determina nuestra forma de actuar.

¿Cuándo aparece esta carta? LeConsultant se encuentra en una situación de inacción absoluta o de ausencia absoluta de creatividad para salir de un marasmo en el que está sumergido. Nada reviste demasiado interés, ni siquiera el sexo. Vivir se ha convertido en existir nada más. No es final de ciclo, ni siquiera anuncio de alguno nuevo: tiene patrimonio (Diez de Oros) y solo se mueve en la dirección de conservar ese patrimonio (DIEZ DE VARAS) pero no hay realmente movimiento. Solo el descubrimiento de otra realidad posible y, desde la perspectiva del propio LeConsultant, más satisfactoria, puede arrancarle de esa parálisis: descubrir la vida en las Islas del Pacífico Sur, abrazar el Islam, descubrir el Budismo, descubrir la injusticia y la desigualdad, constatar que la moral es un freno son detalles escondidos en el As de Espadas que pueden modificar los hábitos de pensamiento de LeConsultant y le pueden conducir a modificar su conducta y lo que antes era hastío y aburrimiento, mera existencia, vuelva a convertirse en Vida.

Pero quizá ustedes vean otra cosa menos triste, menos apática, menos deprimente que ser viejos esperando que la muerte entre por la ventana de sus flamantes viviendas, compartiendo el tiempo con personas a las que ya no conocen, más allá de los hábitos y las costumbres, convirtiendo pequeñas anécdotas sin importancia en acontecimientos vitales, en sobresaltos en una vida monótona, sin hacer absolutamente nada que no sea neutro para el devenir del universo, vidas insulsas, sin riesgos, sin excesos, sin vida, y vean otra interpretación más optimista. Piensen, abúrranse y divértanse!


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