LA EMPERATRIZ en NETZACH


¿Qué supone, en su relación con los demás para LeConsultant, que La Emperatriz ocupe la séptima posición de la tirada del Arbol de la Vida? ¿En qué condiciones o bajo que circunstancias aparece este arcano en Netzach? ¿Qué aporta Netzach al sentido interpretativo general de La Emperatriz?

Netzach, Hod y Yesod son la alegoría de una forma de esta en el mundo con los demás, es decir, cómo somos cuando estamos rodeados de personas. Mientras que Chesed, Gevurah y Tipheret hacen referencia a LeConsultant consigo mismo, Netzach, Hod y Yesod son el disfraz, la puesta en escena. La Tríada del Temple del Animo (Netzach-Hod-Yesod) no es más que la representación o la actuación, en la realidad aparente que nos rodea, de la Tríada de la Ética (Chesed-Gevurah-Tipheret).

Netzach es la alegoría del avasallamiento, esa zona en la que La Emperatriz ejerce todo su poder y su autoridad. Así, sabe exactamente qué es lo mejor para cada uno de los miembros de su familia (biológica y emocional) pero no permite que ellos determinen, por sí mismos, qué es lo mejor para ellos. Busca siempre conservar una determinada apariencia cercana a la mediocridad en la que los valores de la tradición tienen más peso que el sentido común. De esta forma, La Emperatriz ahoga cualquier disensión, venga de donde venga, usando el sistema más adecuado como forma de perpetuar su papel de lideresa: la persuasión pero también el castigo, la corrección política pero también la barbarie.

La aparición de esta carta permite conjeturar que LeConsultant se encuentra en una situación que se escapa a su concepto de "normalidad" y se está enfrentando a ella, no a través de la aceptación, la comprensión, la compasión o el perdón sino mediante la aniquilación, la incomprensión y la violencia, intelectual, física o emocional. En su afán de normalizar, destruye lo que es diferente. Separa el mundo en dos tipos de personas, los que hacen una cosa (normal) o los que hacen otra (distinta y, por lo tanto, anormal). No concilia, no negocia, no cede, no renuncia. Prohíbe pero no explica el por qué de una prohibición más allá de subjetividades y juicios de valor. Es castrante, manipuladora, torticera y terriblemente mandona. Obviamente, el consejo es abandonar o relajar esa actitud, muy buena en algunas ocasiones (pocas), nefasta para sí misma. La tiranía se esconde en La Emperatriz que cae en Netzach.

Lo que tienen un modelo de educación diferente según el sexo, los que se sienten frustrados porque sus hijos, amantes, compañeros de trabajo, jefes no están cumpliendo sus expectativas a pesar de sus consejos, de sus directrices, de su buena fe y pagan esa frustración con enfados, caras largas, silencios culpabilizadores o cualquier otro tipo de herramienta, incluido el placer sexual, están en esta Emperatriz. Todos los que hacen todo por los demás esperando un reconocimiento, los que me vigilan "por mi seguridad", los que pretenden ayudarme sacándome del camino que yo mismo he elegido, los que ven fácilmente la mota de polvo que está en mi ojo pero que no son capaces de ver el barro que cubre su piel se esconden en esta Emperatriz. Netzach aporta a este arcano, la versión más demoledora: si no estás conmigo haciendo exactamente lo que creo que es bueno para ti, cumpliendo las normas y reglamentos de normalidad que tengo en mi cabeza, entonces estás contra mí.

Pero quizá ustedes vean solo la versión amable de la Emperatriz y necesiten darle la vuelta a la carta para comprenderla en las posiciones que ocupan el pilar derecho e izquierdo del Árbol de la Vida. Quién sabe. Piensen, diviértanse...


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