EL EMPERADOR en HOD


Hod es la alegoría del altruismo y del desapego, de la belleza de la Bondad que es dar y dar sin apenas pedir nada a cambio más allá de cierta forma de reconocimiento. Es la manifestación en lo real de todo lo que Gevurah encierra: ser Bueno en sentido amplio y enloquecido del término. Así, el Emperador en Hod es la encarnación del que sólo vive a través de los ojos de los demás, del qué dirán, así que se adapta camaleónicamente a las circunstancias solo para seguir siendo Buen XXXX.

LeConsultant se encuentra en una situación para la que no está preparado, ni mental ni física ni emocionalmente, incapaz de tomar decisiones por sí mismo, usando como guía la costumbre, lo que hacen los demás, lo que se supone que es correcto, lo que hicieron antes los padres, los abuelos, los tatarabuelos y otras fuerzas vivas de la localidad, lo "normal", lo que se supone que debe hacerse y la Enciclopedia Universal del Cliché y las Frases Hechas con ilustraciones a todo color y textos explicativos en los que, como Einstein, borran a las mujeres como si no fueran seres humanos o una subcategoría no evolucionada de ser humano.

El Emperador en Hod se comporta como un niño y piensa como un viejo.

El Emperador en Hod es la alegoría, por tanto, de la falta de carácter y de la ausencia de personalidad, de alguien desbordado por las circunstancias y haciendo lo que se supone que los demás esperan que haga, aceptando una responsabilidad que nunca ha querido ni deseado, voluble, dependiente, cobarde. Un hombre que detesta a su compañera pero "que se queda por los hijos" (ese cliché que asegura que es mejor que papá y mamá estén juntos está en esta carta. Una mujer que "por el qué dirán" no se separa de un maltratador o no intima con personas de otro sexo con frecuencia para no caer en algo vulgar y sucio están en esta carta.

Pero piensen por su cuenta, quizá vean a alguien que hace lo correcto siempre, alguien adaptable dentro de la "normalidad" donde yo solo veo a uno de esos que pretenden ser escrupulosos, rectos, repletos de moralina barata, cuando solo son cobardes incapaces de cuestionar sus propias ceencias, sus propias ideas desfasadas. Piensen, sueñen, hagan su Librito Enciclopédico de Tarot (¡El definitivo!) y diviértanse!


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