La Templanza recomienda la moderación en los placeres y el uso adecuado de las cosas que nos pertenecen o el triunfo de la voluntad sobre los sentidos y sus veleidades engañosas. Iconográficamente aparece representada por una mujer vaciando una vasija con agua en otra con vino. Esta costumbre griega, de mantener el nivel adecuado de lucidez de los asistentes a una fiesta en la que los vinos corretean a su antojo aguando tan preciado caldo, es la imagen simbólica que ha adoptado esta virtud en los mazos de tarot.
La Templanza es el equivalente de la Fuerza pero en el nivel de los sentidos sensibles que proporcionan deleite y placer. La Templanza añade la frase "con moderación" a cualquier actividad que pudiera parecer desenfrenada y que estuviera enfocada exclusivamente a satisfacer los apetitos: la Templanza rechaza los extremos y aboga por la moderación.
La Templanza solo está relacionada con las emociones con las que se construyen los sentimientos. Y pide una regulación para llevarlas al punto medio, hacia lo socialmente correcto, hacia lo soportable, hacia lo que es "normal" de acuerdo con los estándares culturales, sociales y locales de LeConsultant. Ni depravación sexual ni mística (los coprófagos y algunas santas compartían la misma pasión gastronómica), no a la perversión (parafilias, fetichismos variados), no al dolor ni al sufrimiento (físico y emocional), no a la alegría (física y emocional). La Templanza es la que nos permite disfrutar de la Belleza inalcanzable de la tierra y sus habitantes, sean personas, animales, vegetales u objetos pero que contiene el apetito brutal de poseerla, de apropiarse de esa belleza para uso personal. Se mira, pero no se toca, dice la Templanza.
La Templanza, ya lo he indicado, es el equivalente espiritual de la Fuerza. Lo que allí son miedos y terrores, aquí es el infierno en el que se cae si damos rienda suelta a nuestra sexualidad, al placer de comer y beber, de divertirse, de pasar horas muertas en una playa contando olas. Está muy bien que leamos, que visitemos museos y pasemos horas contemplando la belleza de algunos cuadros, que veamos a las personas, no como objetos sexuales en movimiento sino como obras de arte en movimiento, que demos de comer a las palomas o que disfrutemos de ciertos tipos de submarinismo acrobático. Lo que está muy mal, dice la Templanza, y nos puede conducir a las fauces de Satán (en la secuencia de los arcanos mayores verán que la Templanza está justo antes de caer en ese estado de máxima libertad (que la Templanza confunde con libertinaje) del Diablo) es todo eso que incluya cierto deseo de satisfacción inmediata, de placer sin más que obtener placer. Porque se empieza con placeres pequeños y tontos, casi inofensivos, y termina uno masturbándose delante de la Venus de Boticelli, piensa esta Templanza. Así que mantenga la cabeza fría, lo más desprovista de emoción que sea capaz, y diviértase, sí, pero con moderación y sin perversiones ni fetichismos raros...
De alguna forma, la Templanza es un Refrigerador de Emociones. Lo que quiere decir que trate de ser racional y analice objetivamente la relación entre algo o alguien y una emoción porque, de alguna forma, está confundido. Sus emociones le engañan y lo que creía que era el inicio de una pasión desbordante, de largas noches de frenesí, de cuerpos enroscados como serpientes bañados en cobre o bronce no es más que una impresión equivocada, un error de apreciación, una interpretación errónea de señales. Del mismo modo, considerar que algo está a punto de terminar con B, lo noto en su mirada y en su andar, también está aquí en la versión refrigerada: Tranquilx, no pasa nada. Relájese!
Así que ya tienen un truco: La Fuerza, demasiados miedos; la Templanza, demasiadas emociones. En ambos casos, la Razón (o lo que se supone que es "normal" o razonable) interviene para reducir esos miedos y borrar la temeridad en un caso, y para frenar el impulso enajenado que da estar bajo el Imperio de los Sentidos, en el otro.
¿Cuando me aparezca en una tirada esta carta digo que LeConsultant tiene que tomarse las cosas con calma o algo así?. Algo así.
La Templanza es el Refrigerador de las Emociones, pero no de todas las emociones. El miedo y el asco están en la Fuerza. La alegría, la ira y la tristeza están en la Templanza. La sorpresa no está ni en una ni en la otra.
Al aparecer esta carta en cualquier tirada puede conjeturarse que, sea lo que sea lo que le pasa a LeConsultant está interpretando incorrectamente las señales que le llegan del mundo a su alrededor, como si viviera en una realidad levemente distorsionada, esa pequeña diferencia que hace creer a LeConsultant que siente algo que no debería sentir.
<< He conocido a una persona maravillosa: inteligente, muy sexy, le he dado mi teléfono, lo ha guardado, me lo he pasado muy bien. Ha dicho que me llamará. ¿Llamará pronto o...? ...>>
<< Mi suegra me detesta profundamente. Lleva tratando de hacerme daño desde que me casé, hace ya veinte años... Ahora dice que está mala... y no me lo creo, que miente mucho, pero me dan ganas de ir para verlo con estos ojos... ¿Voy o no? >>
<< B., una compañera de trabajo, me ha invitado a su casa a cenar. Nos llevamos bien y tal, y es una chica estupenda y tal, pero, no se, lo mismo quiere arrancarme la ropa y hacer conmigo todo lo que aún no se ha escrito, ¿no, oh tarotista?>>
Si su respuesta a las tres preguntitas con la Templanza como respuesta ha sido NO (no va a llamar, no debería ir, no, no le va a follar) entonces han comprendido perfectamente el sentido de este arcano...
En términos generales, LeConsultant está modelando la realidad al gusto exacto de sus aparentes deseos más inconfesables, lo que provoca emociones distorsionadas. Afortunadamente, Lo Razonable de la Templanza invita a parar, a racionalizar los hechos.. a ver la realidad objetivamente, a calmar los ánimos, a frenar el impulso ciego de un ataque de ira, a frenar la producción enloquecida de feromonas y otras drogas naturales que producen un estado cercano a la felicidad búdica, a no agobiarse con problemas que no son obstáculos, para evitar los gelatinosos pozos de tristeza, apatía y falta de amor a uno mismo...
Eso que ven es una Tirada a Tres cartas que permite determinar, con cierto grado de fiabilidad, el estado de la relación entre A (LeConsultant, 1) y B (Otrx, 3) siendo ambas cartas Figuras de la Corte.
De acuerdo con todo lo anterior hay que conjeturar que A y B están en un momento complicado que requiere de comunicación franca y honesta, una de las cualidades más destacadas de la Templanza. La honestidad, esa sincronía entre lo que se piensa y lo que se hace o dice, está en la Templanza. Honestidad para expresar lo que siente y deshacer un malentendido, una malainterpretación, una conjetura errónea. De alguna forma, A necesita ser honesto con B para evitar que B malinterprete a A del mismo modo que A malinterpreta a B.
<< B me dice que solo somos amigos, pero nos pasamos el día juntos. Yo no llamo a B, pero B si me llama a mí. Y quedamos, pero parece que fuéramos pareja, aunque B me ha dicho que no somos nada. Encima, esa B se pone celosa. Y ya no se qué hacer. Dónde estoy......>> Templanza, amigx, templanza... Hable con B, sea honesto. Pregunte. Salga de dudas. Está malinterpretando todo: B no miente, pero usted sí se engaña a sí mismx...
<< Mi jefe me ha prometido un ascenso antes de fin de año. Que le acopañe a las reuniones. Que sea su consejero. La verdad es que no comprendo nada pero me dejo llevar por la corriente. Quizá quiera meterme en problemas, sabe que le odio profundamente, pero es i jefe y necesito el trabajo. Quizá está maquinando una estrategia para salvarse y yo soy su chivo expiatorio, quizá sea la persona que termine entre rejas....>> Templanza, amigx, templanza....Hable y pregunte pero créame si le digo que su rencor le está volviendo paranoicx...
<< A mi madre no le gusta mi pareja. Hace gestos. Frases con triple sentido. Es irónica, sarcástica y, algunas veces, cruel. Había pensado en dejar de verla y hablar solo por teléfono hasta que se le pase....>> Templanza, amigx, templanza...Hable con ella. A lo mejor se sorprende.
Piensen. Jueguen. Diviértanse!
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