Las Virtudes (II): LA FUERZA (La Vía Alegórica)



(Imagínense en las calles de su ciudad hacia 1600. Alguien les ha regalado un mazo de tarot ("Cartas de triunfos al estilo italiano" las llama la Biblioteca Nacional de Francia) de un taller de imprenta de Niza. No sueñen con imprentas de tipos móviles gutemberguianas, más bien imaginen tacos de madera que se entintan y se prensan o "graban" sobre un papel. Las cartas son más o menos bonitas, el grabador o xilógrafo, ha hecho lo que ha podido con los medios técnicos que contaba. Hay que suponer que el xilógrafo no es un artista de primer nivel, no es Leonardo, ni Boticelli ni Giotto, de hecho, salvo alguna excepción (el Tarot de Paris o el Leger), estas xilografías son bastante pobres gráficamente. Así que, armados con su flamante mazo y tras un consumo masivo de absenta, deciden que esa imágenes, esas cartas sirven para algo más que para jugar al tarot, así que creen que cada carta es la alegoría o la representación simbólica de algo que va más allá de lo que se ve a simple vista... usan la Vía Alegórica para leer el tarot. Estas pequeñas lecciones son para este tipo de lectores: iletrados en filosofía ocultista o esotérica, pésimos matemáticos, analfabetos astrológicos y muy alejados de las tesis de Freud, Jung, Lacan y compañía y dotados de ese "don", el más preciado que hay, la IMAGINACIÓN)...



La Fuerza es una de las cuatro virtudes definidas como Cardinales en el Concilio de Trento, herencia de la descripción que de esta cualidad hace Platón, entendida como Energía de Animo y no como violencia ni fuerza física. La Fuerza así, se puede entender como enfrentarse al miedo (lo irracional) con las herramientas que la razón da y huir de la temeridad (arriesgarse sin evaluar las consecuencias). Esta virtud capacita para quitar el Terror a los Desconocido, incluso el miedo a la muerte. Es valentía para enfrentarse a las debilidades y miserias de uno mismo.

Iconográficamente es Cesare Ripa el que define cómo debe representarse esta virtud en "Iconología" (1565, librito que, obviamente, pueden encontrar en la Biblioteca Imaginaria):

<< Mujer armada y vestida de color Leonado, lo que simboliza la Fortaleza, por su semejanza con el León. Se apoya esta mujer en una Columna, porque de los elementos de un Edificio, éste es el más fuerte, y el que sostiene a los otros. A los pies de la figura que decimos se ha de ver un León en posición yacente, por ser utilizado este animal por los Egipcios con el significado que se describe en esta imagen, como se ve en los escritos de abundantes autores. >> La columna, como saben, desaparecerá en la mayoría de los mazos de tarot.


Ahí pueden ver un grabado de Georges Reverdy de 1560 en la que puede leerse lo siguiente (en una taducción a vuela pluma): << Puede entenderse la fortaleza en cuanto implica una firmeza de ánimo para afrontar y rechazar los peligros en los cuales es sumamente difícil mantener la firmeza. >>. Una frase de Tomás de Aquino. En el mazo Pierpont Morgan, la mujer es reemplazada por un hombre que mata a palos a un león. Podría tratarse de Heracles se enfrenta en una de sus aventuras a una bestia, el León de Nemea. Heracles es considerado como fundador o patrón de Cremona, ciudad en la que Bianca María Visconti pasó sus mejores días y a la que adoraba, y quizá sea esa la razón de que aparezca este héroe. Aunque en la leyenda Heracles mata al león con sus propias manos.



Para comprender al valor de estas virtudes, habría que confrontarlas con sus vicios correspondientes. Para ello, nada mejor que un auténtico best-seller del siglo XIV, la "Psicomaquia" de Prudencio, escrito hacia el 400. Giotto se inspira en esta obra para pntar los frescos de la Galería Scrovegni en Padua, ¿De qué vicio es enemiga la Fuerza? Oh, amigos, de las tentaciones que conducen a la perdición, de las debilidades de carácter para enfrentarse a la adversidad o a los contratiempos, de la acidía, la desidia y la pereza, de la mentira, de la ira. Pero sobre todo y por encima de todo, del Miedo, no ese miedo a un león vagando hambriento por la sabana (miedo racional o razonable), sino ese miedo abstracto e indefinido, ese temor a hacer el ridículo, a ser objeto de mofa o de chanza, a no conseguir lo que se propone, a hablar con un superior normalmente desagradable, a explicar a sus hijas adolescentes a poner un preservativo, a hablar de LSD y otras sustancias no tan sofisticadas a sus hijxs, a dar libertad a una chica adolescente sin explicarles en qué consiste o qué significa ser libre (¿y si se convierten en libertinxs, con tanta libertad?). Miedo a no tomar la decisión correcta aunque sea inmoral, miedo al fracaso, al error, al castigo... miedo a perder a mi compañerx, a mis hijxs, miedo a la enfermedad, al dolor... Miedo a Hacer que se convierte en "Voy a intentarlo..."...

¿Cómo debería interpretar esta carta, que le digo a LeConsultant que tenga coraje y valentía? ¿Qué le digo a esa persona que espera ansiosa a esas mellizas chinas?




La primera impresión es evidente: si el león es el impulso animal, el impulso ciego y aparentemente irracional de un bicho, entonces la Señora con la pamela en la cabeza no puede ser otra que Doña Razón o Doña Domadora. Primer consejo: Frene esa impulsividad temeraria, esa especie de acción enloquecida sin un para qué...

Supongamos que el león que aparece en el naipe es Lo Irracional y que esa señora tan calmada y con ese vestido tan incómodo es Lo racional. La alegoría podría ser: La Razón frena La Irracionalidad. Si el bicho que sujeta esa señora les da miedo, entonces ese bicho son Los Miedos. Pero si no les da miedo, entonces ese bicho son los Deseos Prácticamente Irrealizables porque la Señora Razón no quiere. Que, bien mirado es lo mismo: mis deseos son irrealizables porque tengo miedo ( a no alcanzarlos, a perder, a que se rían de mi fracaso una vez más) así que ni siquiera intento alcanzarlos. O, tengo Miedos que si no logro frenar con mi Razón, convertirán todos mis deseos en inalcanzables.



De alguna forma, la Fuerza invita a LeConsultant a que actúe racionalmente, objetivamente, sin motivos personales. Que piense, refñlexione y actúe, pero no de forma impusliva, sigo siguiendo algo que podría confundirse con un plan, y deje de soñar con soluciones imaginarias llegadas del espacio exterior en forma de canalizaciones pensando que eso que tanto le perturba, esa situación a la que tanto teme, esa situación de la que aparentemente no puede salir, no va a acabar hasta que decida enfrentarse a sí mismx y a sus terrores. Enfréntese racionalmente a su miedo (¿qué es lo peor que me puede suceder, a qué le tengo tanto miedo? ¿cómo reaccionaría si esa situación que imagino y que me provoca ataques de ansiedad, se produjera realmente? ¿qué me pasaría si hiciera esto o lo otro, una vez llegada esa situación que tanto miedo me da? si le digo "adios", hasta nunca", ¿qué pasaría? ¿me perseguiría? (Lección 1: Pensar en cómo evitar que me persiga...) ¿me insultaría, se enfadaría, lloraría y ya? (Lección 2: Pensar en cómo evitar que eso llegue a conmoverme...)



Así que alegóricamente, la Fuerza es la necesidad de que LeConsultant frene, se detenga un momento y se tome un tiempo para mirarse en un espejo y ver qué le impide hacer el "bien" (en general una decisión casi trascendental). No es "Tú Puedes", es ¿qué le impide poder hacer eso? ¿qué tipo de prohibiciones se ha impuesto a sí mismx? Así que, de alguna forma, esta carta señala el miedo a incumplir alguna de esas normas o leyes que aparecen en los reglamentos de papas y Emperadores y que, a fuego, marcaron desde su más tierna infancia: el terror al castigo, al desprecio, al desamor, a hacer las cosas mal, a no ser suficiente, a no estar a la altura, a no poder hacer esto o lo otro o lo de más allá, ¿qué pensarán de mi?.

¿Cómo podríamos interpretar esta carta en una Tirada a Una Carta? ¿Y en una Tirada a Tres?

¿Por qué, a una pregunta cualquiera, la respuesta es que use la virtud de la Fuerza, es decir, que me enfrente al miedo al fracaso o al rechazo y que actúe con decisión y no impulsivamente. Que frene y me detenga y me mire al espejo y me pregunte, mirándome a los ojos, ¿qué diablos quiero realmente? y entonces...quizá... quizá si lograra quitarme esta timidez de encima, este miedo a los demás, estas tonterías que entran en mi cabeza y construyen un camping que poco a poco crece hasta que se convierte en una megalópolis de prohibiciones, prejuicios, ausencia de opinión, miedo a equivocarme y ser castigado (con la risa o el desprecio), quizá, podría conseguir ese puesto que me merezco o podría enamorar a B o incluso podría dar la vuelta al mundo haciendo autostop... quizá si, antes de hablar pensara, quizá no diría esas salvajadas, esas barbaridades... quizá si dejara de tener miedo a no ser "normal", si sintiera de verdad que soy libre, quizá no tendría esta ansiedad, esta parálisis....




Esa Tirada a Tres permite determinar, con cierto grado de fiabilidad, en qué momento se encuentra la relación entre A (LeConsultant, 19 y B (Otrx, 3).

La aparición de esta carta obliga a revisar las fantasías o sueños aparentemente irrealizables que A tiene de B. Si se han conocido recientemente o no mantienen ningún tipo de relación "formal" de acuerdo con los patrones del Papa, A debería saber que todo a lo que aspira con B es inalcanzable, un sueño, una fantasía utópica, una ilusión irreal si A persiste en estar apegado a sus miedos y a sus terrores. Entre A y B la relación no fluye hacia ninguna parte.

Si A y B mantienen una relación que se alarga en el tiempo (sea cual sea el tipo de relación) la Fuerza señala que todos los deseos de A de que la situación irrespirable, asfixiante o terrorífica que viven A y B varíe sin que A haga nada, esperando que B se de cuenta y cambie ("que se vaya y me deje en paz de una vez") no van a suceder, lo que le obliga a cambiar de estrategia o de discurso (quizá no quiera realmente que se vaya a ninguna parte)...


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