The Courtesans (VI): LAS REINAS. Una introducción


Ya saben que hago corresponder a las Emperatrices con las Reinas o lo que es lo mismo, las Cuatro Reinas construyen una Emperatriz. La Reina de La Ley y la del Orden más la Reina del Sexo y la del Amor son la Emperatriz más esas cosas que solo las Emperatrices son.

Las Reinas lo son porque no existe, en esa Zona de Confort, ningún rey. Desgraciadamente, esta situación no se convierte en un matriarcado, ni siquiera se le aproxima (ahí sí está La Estrella), sino en una versión especial de patriarcado solo para chicas, con especial respeto y abnegación para lo que demanden los chicos. En este sentido, actúa como abadesa con poder, vigilante atenta y correctora de las desviaciones en la moralidad de las mujeres que pueblan su zona de confort y condescendiente con las de los chicos.

Las Reinas tratan a todos lo que pueblan su Zona de Confort como Cosas Con Valor a los que hay que cuidar, proteger, aislar, distraer, manipular o vigilar con el fin de que no se hagan daño, que no sufran el dolor ni la tristeza. Y para ello, cada Reina tiene una forma de enfocar este asunto: imponiendo un complejos sistema de rituales, conductas, reglamentos y comportamientos "normales" de la Reina de Oros; entregándose desinteresadamente al Amor como máxima expresión artística de un ser humano de la Reina de Copas; con el miedo constante a que su territorio físico y emocional se desintegre, en permanente estado de alerta, durmiendo de pie, atenta a todo y a todos de la Reina de Espadas o actuando activamente por conservar su Zona, de forma proactiva, protegiéndose de hipotéticos daños futuros y de horrendos futuros de ruina y desolación de la Reina de Varas.

Así que frente a la insustancialidad de la Emperatriz, alguien superficial y bastante vulgar por aburrida y mediocre, las Reinas, como todos los personajes de la Corte, son humanas, así que cometen errores, entran en contradicción, sienten, padecen, se ríen, sufren y se divierten. Quizá estén poseídas por celos enajenados (Espadas), quizá sean tan sosas que parezcan jubiladas, pero con 30 años (Oros), quizá les gusta ser espontáneas y naturales (no hay nada más erótico que esa naturalidad, esa espontaneidad selvática en una persona, esa autenticidad casi pornográfica) de las Copas, quizá sean artistas, almas libres buscando una forma de expresión, una forma de ser o de estar en el mundo tendente al hedonismo feroz, a las grandes y épicas borracheras, a esas noches de cuerpos sudorosos amontonándose al fondo del salón (Varas)...

¿Si me sale como presagio para el día de hoy, que debo interpretar si soy una Reina de Varas? ¿que estoy caliente?...



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