Los Arcanos Menores: LOS CUATROS (La Vía Alegórica)



Oh, el territorio de los 4, esa pseudozona de confort, ese tiempo muerto en el que todo fluye sin apenas esfuerzo, en donde se entra en el territorio de la inercia que, inevitablemente, conduce al hastío y al tedio. Entramos en ese territorio en el que todo es tan interesante como ver crecer la hierba. Un territorio que no tiene porque ser insoportable, pero en el que la pasión y cualquiera de sus derivados o variantes ha desaparecido por completo. La vida es una sucesión de momentos invariablemente iguales, de casa al trabajo, del trabajo a casa, encender la televisión y abandonarse a una vida pasiva en la que se elude cualquier tipo de riesgo, de aventura, de imprevisión. Hasta la vida sexual de los amantes entra en procesos de cierta repetición.

En el 4 DE OROS es la constatación de haber alcanzado un logro, una meta, un objetivo, algo que hay que proteger porque A. se lo ha ganado a pulso, luchando, enfrentándose, ambicionando y etcetereando. Todo ese deseo que nace en ese AS DE OROS, todo ese plan, esa predisposición para conseguir lo que aparentemente quiere del DOS DE OROS más una acción determinante del TRES DE OROS en pos de ese sueño conducen, al menos, a un cierto tipo de éxito encarnado en este CUATRO DE OROS. En líneas generales no ha sucedido absolutamente nada que ponga en cuestión la habilidad de A., es decir, aún no ha sufrido de ningún contratiempo, de ninguna adversidad. Ha llegado hasta aquí a la primera, sin fallo. De hecho, ni siquiera se imagina que exista alguna posibilidad de que esa adversidad se materialice, ahora que ha librado de las alucinaciones del TRES DE ESPADAS. Por primera vez, justo antes de que la catástrofe haga su aparición en escena en forma de CINCO DE ESPADAS, ha logrado calmar al miedo y ha empezado a ser espontánea, esa común amiga, A.

En el 4 DE COPAS el romance (entiendan "romance" en un sentido amplio: un romance es una de esas bonitas historias de amor en el que el cariño y el afecto entre los miembros de la relación es sincero y cálido, y cabe de todo tipo: padre-hija, madre-hijo, amante-amante, hermanx-hermana-hermano, etcétera) ha alcanzado esa dulce monotonía de días que parecen siempre primaverales, en los que nada parece enturbiar esa paz que los romanceros viven. Aún no conocen la desazón ni la tristeza, aún ignoran que es la adversidad la que nos muestra la verdadera calidad de esos afectos. Esa monotonía placentera, ese llevarse por la corriente de un río, es también un dejar de buscar. No hay nada que buscar porque A. ha encontrado lo que necesitaba con tanto ahínco (AS DE VARAS), para lo que puso tanto ímpetu, tantas ganas de DOS DE VARAS, que, tenaz, infatigable e inasequible al desaliento (TRES DE VARAS) al fin alcanzó lo que buscaba. ¿Qué busco ahora?, se pregunta A. Nada, amiga A, nada en especial...



EN DONDE A. TIENE UNA RELACIÓN CON B. QUE PARECE ESTABLE

A. está inmersa en una relación de cualquier índole con B. Una relación que está en su punto álgido. Hemos atravesado las selvas iridiscentes de la pasión febril y entramos en una zona residencial, el césped perfectamente recortado, las azaleas en flor, mira ese ave, mira ese insecto, mira esa nube, oh, qué bonito es todo... No nos ha costado llegar hasta aquí, ha sido fácil a pesar de mis inseguridades, mis miedos, mis terrores diurnos y nocturnos...

A. está en un CUATRO DE OROS si ha alcanzado, sin apenas esfuerzo, el punto de normalidad que necesita. Ya tengo lo que aparentemente necesito, a esa B. que me aporta estabilidad y me quita el peso de ser un bicho raro. Nos llevamos bien, B. hace sus cosas (cuando le conocí era una P., pero luego la convencí de que se hiciera un retoque, que estaría mejor, y ya lo creo que ha mejorado gracias a mí, ahora es una B. estupenda)... A. es absolutamente fiel a unos valores y a unos paradigmas de Lo Normal. Aún no ha sucedido nada devastador, ningún terremoto ha abierto fosas de incomprensión entre ellos, ninguna adversidad les ha golpeado en este CUATRO DE OROS. Hacer todo, absolutamente todo, juntos, forma parte del paradigma de este arcano, construyendo los cimientos de un castillo de interdependencia que les hace creer que son más fuertes, que su unión es más sólida. La comunicación entre los amantes es superficial, no hay verdadero interés en conocer al Otrx pero sí en permanecer juntos.

A. está en un CUATRO DE VARAS si ha alcanzado cierto objetivo, cierta meta. A. ha entrado en la Autopista del Amor, una carretera ancha y plana, con pocas curvas, con pequeños repechos, con pequeños descensos. Cierto grado de tensión sexual existe entre los amantes, pero no es ese fuego abrasador que en otro tiempo, aún reciente, les consumía; ahora son brasas. Este CUATRO DE VARAS no niega pequeños desencuentros, cierto aburrimiento, cierta desidia. En términos generales, un CUATRO DE VARAS es la alegoría de una relación que, de alguna forma, sencillamente va. Como una de esas amigas que tienes cerca, la G. o la M., viejas amigas de niñez, a las que ves de cuando en cuando, más por inercia que porque exista algún tipo de conexión...

A. está en un CUATRO DE ESPADAS si ha alcanzado, después de todo este tiempo, desde que conoció a B. hasta ahora mismo, cierto grado de paz mental, cierto grado de confianza en sí misma. Por fin empieza a racionalizar su miedo, a enfrentarse a él (Si pasara eso que más temo, ¿qué es exactamente, paso por paso, lo que haría?). Entre los amantes hay una comunicación razonablemente fluida, escucha más, está aprendiendo a escuchar más atentamente. El ego está agazapado, pero está ahí, esperando escuchar o ve algo que confirme sus sospechas: A. sabe que es poca cosa para esa magnífica B y ¡B. lo ha descubierto!...

A. está en un CUATRO DE COPAS si mantiene una relación fluida con B, igualitaria, de confianza recíproca, asentada sobre el cariño y el afecto y no sobre la necesidad. Existe el respeto mutuo, la mutua admiración, el mutuo respeto por las decisiones y la libertad de elección de B. En términos generales es un Amor Fraternal puro pero, obviamente, no excluye el sexo.



EN DONDE A. NO TIENE TRABAJO ESTABLE Y ENTRA EN LOS CUATROS

Los Cuatros para una situación en que A. esté trabajando son bastante sencillos de interpretar. Pero supondremos que A., después de una larga temporada trabajando, se quedó sin trabajo hace ya unos meses. Sí, ha mandado curriculum, claro, sí lo está intentando, pero "no sale nada".

Si A. está en un CUATRO DE OROS ha alcanzado esa pequeña cima que es poder vivir sin necesidad evidente de trabajar o trabajando por minutos para amigos y familiares muy cercanos. No va a aparecer nada porque no hay nada que esté haciendo A. para conseguir un trabajo más estable o menos sujeto a las necesidades de otros. Quizá su vida de labor (esa que más parece una afición que un trabajo) permita que A. viva en una economía razonablemente saneada (en la medida de las propias posibilidades y capacidades de A.). El interés de A. por un trabajo es nulo.

Si A. está en un CUATRO DE ESPADAS, ha decidido rendirse a la evidencia de que no va a aparecer ningún trabajo, ningún cazatalentos golpeará la puerta, no recibirá 100 cartas al día subastándose sus servicios y sus habilidades. Una situación de calmada resignación pero de perpetua queja: no tengo trabajo porque..... porque esa Y. griega, una EXTRANJERA, me lo está quitando o cualquier otra inverosímil razón. El interés real de A. de tener un trabajo es inexistente.

Si A. está en un CUATRO DE VARAS, ha decidido no malgastar más energía que la estrictamente necesaria para encontrar un trabajo más o menos estable. Así que se ha hecho fuerte en el sofá, se ha enganchado a la tarrina de helado y se ha hecho adicto a una serie de televisión. A veces, cuando sale, se encuentra con alguien que le ofrece algo. Y sí, va. Pero al final no son más que dos horas de un trabajo sin continuidad. Así que vuelve al sofá... Si apareciera un trabajo, sin dudar lo haría, pero no va a buscar más.

Si A. está en un CUATRO DE COPAS ha decidido, más que trabajar para otrx, trabajar y hacer exactamente lo que le gusta, algo personal e íntimo. Cabe cualquier actividad que entrañe cierta entrega, eso que podríamos encuadrar en Actividades Artísticas: payasos de risa y de miedo para fiestas infantiles, malabarista de semáforo, multiinstrumentista callejero, lector/a de libros para ciegos, escritor/a de cartas de amor para enamorados analfabetos, tarotista urbano, stripper sin tacto y con tacto. Pero también incluye el desempeño de trabajos que, en este instante, no proporcionan ni estabilidad ni ingresos pero que sí proporcionan una satisfacción intensa en A. Escribir una novela, un guión para una serie sin ser aún reconocible, preparar una exposición de pintura para una galería de tamaño medio (40 cuadros, 3 meses, 2 semanas de exposición) o estudiar sánscrito se esconden en este CUATRO DE COPAS. Si aparece algún trabajo, por carambola, azar o lo que consideren, quizá acepte, quizá no, solo dependerá de qué es realmente lo que le satisface a A.



EN DONDE A. TIENE UNA ENFERMEDAD CRÓNICA Y ENTRA EN LOS CUATROS

A. está diagnosticada de una enfermedad que terminará matándola, porque si está sana, interpretar estos CUATROS no presenta ningún tipo de dificultad (está sano y así seguirá, etcétera).

A. está en un CUATRO DE OROS si su enfermedad no evoluciona hacia ninguna parte, por el momento. No se vislumbra ningún empeoramiento en su salud, ninguna mejoría. Sin embargo, A. está haciendo lo correcto para mantenerla, al menos, levemente al margen. No hay quejas y sí adaptación a las nuevas posibilidades que la enfermedad le permita.

A. está en un CUATRO DE VARAS si su enfermedad no sufre apenas variación, pero en este momento, todo aconseja a que se guarde un poco de reposo o que se ponga freno a determinadas actitudes que A. sabe que son no-beneficiosas para su salud. Está en un ciclo de empeoramiento o de mayor fortaleza de la enfermedad.

A. está en un CUATRO DE ESPADAS si acepta con resignación su "destino" (algo que sabemos todos, todos vamos a morir. La diferencia es que A. sabe el cómo pero no el cuándo; nosotrxs no sabemos nada, pero tampoco queremos saber tanto como A.). Su enfermedad sufre ciclos de subida y bajada, de leve mejoría o no interferencia y de leve empeoramiento. Se queja, aunque cada vez menos, pero sí usa constantemente la excusa de la enfermedad para no hacer nada más allá que pensar que culquier movimiento de más puede activar la enfermedad. Está diseñando, o ha diseñado, una complejísima tabla que determina exactamente todo lo que ya no hace más A. por miedo a que la enfermedad se active (pastillas que no pueden faltar, líquidos que hay que beber, ingredientes que hay que borrar de la dieta,...). Esta tabla no incluye nunca ejercicio físico o actividades saludables al aire libre.

A. está en un CUATRO DE COPAS si goza de buena salud en este momento, si la enfermedad se ha detenido en su avance implacable. La enfermedad no le impide llevar el mismo tipo de vida que si estuviera sana, o acepta las limitaciones que la enfermedad impone.


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