Los Arcanos Menores: LOS OCHOS (La Vía Alegórica)


Nos encontramos en un CUATRO. Todo va bien, sonreímos, los pajarillos cantan, los árboles bailan al ritmo de esa brisa refrescante. Pero... sucede algo. Una pequeña catástrofe que se refleja en un CINCO. A. puede hacer tres cosas:

OPCIÓN 1: Oh! Enfoquemos esta catástrofe, este pequeño desastre. En general pasa por reConocer que, en un conflicto entre dos, ambos han cometido errores. Corregirlos nos lleva a un SEIS.

OPCIÓN 2: A. ha cerrado el conflicto en falso, no ha sido completamente honesta, no ha expresado todo lo que le pasa por la cabeza: su sentimiento de vulnerabilidad, su inexperiencia en situaciones como la que ha provocado el conflicto, la incapacidad para reconocer errores o la dificultad para corregirlos empuja a A. a tomar medidas cautelares, incluso a renunciar. De alguna forma cree que haciendo de más, estando más atenta, ese conflicto no se repetirá. Es la actitud que se esconde en los SIETES.

OPCIÓN 3: A. ha cerrado el conflicto usando el sistema pasivo agresivo: se tira una especie de masa gelatinosa y viscosa de color marrón a la que llama "culpa" por encima, se le añade un poco de victimismo banal, se renuncia a hacer eso que al Otrx tanto le molesta sin preguntarse si es buena o mala idea, más que nada porque no tiene ninguna opinión al respecto, ningún punto de vista y asunto resuelto. Así que acepta el punto de vista de los Otrxs, que puede ser explícito, es decir, una reclamación, en general profundamente injusta, incoherente y castrante del Otrx, que A. llega a considerar "normal", o bien, A. misma se limita y actúa exclusivamente en función de paradigmas de normalidad que jamás han sido cuestionados por A. De ambas formas, juntas o por separado, se entra en los OCHOS.

Los OCHOS reflejan la ausencia absoluta de punto de vista, de opinión, sobre absolutamente nada en particular, guiándose solo por lo que A. considera que la hace ser "buena persona" (defender los derechos y libertades propios le parece, a esta A., ser de "mala persona", más en las relaciones sentimentales o fraternales). Así, en los OROS, A. pretende alcanzar cierta gloria o fama a base de sacrificio, abnegación, renuncia y falta de opinión. La muerte por crucifixión en el mito de Jesús Cristo es el caso más extremo de un OCHO DE OROS.

En COPAS, existe la renuncia a Ser de A., es decir, a renuncia a tener sus propios ideales de libertad, igualdad o fraternidad aceptando los de los demás, adentrándose en los tenebrosos pozos del masoquismo emocional. Jamás obtendrá satisfacción ni recompensa, jamás obtendrá una gratificación por esta renuncia, jamás se sentirá amada después de que, en nombre del amor (un amor limitado a parámetros de normalidad institucional), haya renunciado a Ser Para Ella Misma para convertirse en Ser Para Otro.

En ESPADAS se hace patente y manifiesta la ausencia de criterio de A. No tiene una idea propia sino que construye su pensamiento a partir de ideas de normalidad de Otrxs. La realidad tiene siempre más de un punto de vista y hay realidades que no conocemos. Pero es la ausencia de un pensamiento propio, de saber qué es Lo Correcto (ni lo bueno ni el bien ni lo moralmente premiable), lo que hace que A. pierda mucho tiempo de su vida conjeturando, escuchando a los demás... Son los creyentes de las Fake News, de los despropósitos de las Redes Sociales, del amarillismo, del cuchicheo, de la pátina de moralina barata con la que recubren cualquier conducta que les paree alejada de lo que TodoElMundo cree que es lo normal. En el discurso de ESPADAS hay muchos "siempres", "nuncas", "todos" y "nadas"... Afortunadamente, la vida es puro fluido y no caben absolutismos ni dogmas, pero en el OCHO, el mundo real choca frontalmente contra A. ¡y no sabe qué hacer!

En VARAS, A. solo hace lo que le ordenan. Es obediente, es el prototipo de la Obediencia Debida que se esconde detrás de una frase repugnante, "si no lo hago yo, otro lo hará (y obviamente lo hará peor", aunque esta parte de la frase se oculta). En VARAS, A. no hace nada por sí misma, más allá de las tareas de supervivencia. "¿Me gusta alguien? Pero si ese alguien no hace nada que voy a hacer yo, ¿rebajarme? ¿y si no le gusto? ¡No!", grita el OCHO. Es la banalidad del mal, todas esas pequeñas abominaciones diarias que hacemos por no pensar en las consecuencias de lo que se estamos haciendo, sin pensar en las implicaciones de lo que hacemos ni en sus efectos. Después, cuando lleguen las consecuencias, generalmente nefastas, empujar hacia el que dio la orden, el que impuso lo que podía y no podíamos hacer porque en el OCHO, somos "inocentes", somos "buenas personas" o no sabíamos y ...



EN DONDE A. ESTÁ EN UNA RELACIÓN CON B. QUE SE ESTROPEÓ EN UNA DISCUSIÓN (¡PERO SIGUEN JUNTOS!) Y ENTRA EN LOS OCHOS


A. tiene una relación con B. que está pasando o ha pasado recientemente por un CINCO. A. y B. se dejan llevar por sus Egos Aparentemente Heridos después de todo eso que se han dicho la una a la otra. El amor, la compasión, la empatía se han volatilizado. No viajan a un SEIS, corregir, reinterpretar, comprender al Otrx y alcanzar un punto de equilibrio en el que ambos forman un Equipo, sino que optan, por ausencia de cierto grado de inteligencia emocional (falta de experiencia amoroso sentimental, prejuicios, sexismo feroz), por la Lucha en la que ambos pretenden tener razón... A. pregunta, ¿va a seguir esto así?

A. está en un OCHO DE OROS si en su afán de conservar a B. como si fuera algo de su propiedad y ante la ausencia de criterio personal sobre qué es Lo Correcto, Lo Sano, Lo Bueno Para Mí, se adapta al modo, las formas y las costumbres de B. con el fin de retener a B. cerca: si hago todo lo que necesitas y soy exactamente como tú quieres que sea, será imposible que me dejes y me dejes sola, piensa A. Así que A. ha llegado a modificar su forma de vestir, su círculo de amistades, qué programas de la televisión ve, con quién va a tomar café, con quién a comprar el pan... Poco a poco está dejando de ser A. para convertirse en otra cosa, quizá Ã o Å o Æ. Este abandono de sí misma para ser otra persona, sigue los parámetros más estrictos de heteronormalidad patriarcal y sexista unido a los propios paradigmas que guían la acción descerebrada de B. Porque B. es absolutamente tóxica para A... B. podría tratar de hacer daño físicamente a A. La carta recomienda Prudencia a A (la prudencia de Katie Holmes: antes de abandonar a Tom Cruise asegúrate de tener un piso alquilado, de usar un nuevo número de teléfono para comunicarte con el mundo exterior, evitar el conflicto y la queja, guardar dinero en una cuenta bancaria de la que B. ignore su existencia y entonces, solo entonces, sacar esa Torre y correr lo más lejos posible de ese individuo...)

A. está en un OCHO DE COPAS si, en su afán de conservar a B. como si fuera algo de su propiedad y ante la ausencia de criterio personal sobre sus necesidades afectivas y sexuales, espera obtener el reconocimiento y el afecto de B. haciendo todo lo que B. aparentemente necesita. A. cree que conoce a B. y aunque B. no pide nada porque tampoco sabe qué necesita afectivamente más allá de lo que se hace normalmente dentro de ese entramado que llaman Pareja. A. no comprende como, después de la abnegación, el suplicio de tener que aguantar enfados de B. por ridiculeces, de soportar el mal humor de B., sus desplantes, su falta de cariño real y verdadero, su maltrato psicológico, ni se siente querida, ni apreciada ni valorada ni respetada. El paso siguiente es La Torre, pero está lejos, muy lejos...

A. está en un OCHO DE ESPADAS si es plenamente consciente de que B. es profundamente tóxico para ella pero no se atreve a dar el paso hacia La Torre porque no está segura de estar haciendo Lo Correcto (solo se fija en si es Lo Normal o si es de Buena o Mala persona mandar a alguien que nos hace daño lo más lejos posible). Así que escucha la voz de su pseudoconciencia de normalidad, la opinión de los demás (Oh, B., con lo buena persona que es, además con los vástagos tan pequeños, cómo vas a abandonar a B. ahora, además, ¡pobre B!, se ha quedado sin trabajo, va a parecer que le echas porque no trae dinero a la casa, etcétera...)... El terror de ser considerada Mala Persona o de No Hacer Lo Correcto (¿y si la echo a patadas de mi casa y luego me arrepiento?) por no estar segura o no saber distinguir Lo Correcto y Sano de lo que no lo es, anteponer lo que los demás piensan a lo que realmente vive A., lleva a A. a un estado de confusión y estrés tan brutal que se hace normal que se atiborre de fármacos para atravesar este páramo de ignorancia acerca de sí misma...

A. está en un OCHO DE VARAS si hace nada más lo que aparentemente es Normal que es someterse a la voluntad de B. Dejar de hacer lo que realmente quiere para hacer solo lo que los demás quieren. El esclavo sumiso y leal a su esclavista está en esta carta. A. hace cosas, pequeñas cosas, casi en la clandestinidad, cosas banales que no hacen daño ni perjudican a nadie (es que a B. le parece una estupidez que lea el tarot, así que no lo leo, o solo a XY o Z; por supuesto considera infantil que yo me haga leer las cartas, así que lo hago en horas intempestivas, construyendo una excusa por si acaso me encuentra saliendo del gabinete de mi tarotista de referencia... Si le molesta a B., ¿no sería provocar un enfrentamiento con B. que me puedo ahorrar?... ¡NO! Si a B. le molesta, entonces no es a usted a quien quiere, sino a alguien que no es usted, querida A.!). El abuso de poder de B., el acoso, la persecución implacable, el maltrato hacia A están aquí escondidos...


EN DONDE A. CONOCE A B. EN UN BAR PERO ENTRA EN LOS OCHOS

A. apenas conoce a B., pero parece que hubiera existido algo entre ellos en un momento pasado del tiempo. Porque, si en una relación a dos, A. está en un OCHO es porque existe un conflicto de alguna clase con B. Pero A. no sabe nada de B. o apenas nada. ¿Qué quiere B de mí?, se pregunta A. (que para eso está en un OCHO, para preguntar no por ella misma, sino por el Otrx). A. se encuentra en un OCHO solo porque es la forma que ha elegido para resolver un conflicto (un CINCO): evitarlo a toda costa.

A. está en un OCHO DE OROS si, por ese deseo de agradar y de resultar perfectamente mediocre, sin excesos ni vehemencias, desapasionados, sin espontaneidad ni naturalidad, están cayendo en todo eso que tratan de evitar: el color ceniza de Lo Normal. De alguna forma, A. se está comportando de una forma absolutamente estereotipada, convencional, vulgar, mediocre solo con el fin de resultar "ideal" para B... La ausencia de punto de vista propio, no saber qué personaje de su fondo de armario va a utilizar en este momento, no saber qué es ser espontánea o tener opinión formada y coherente acerca de temas sensibles, es decir, que se deja arrastrar por la corriente de Lo Normal, la está empujando lentamente hacia el abismo. Quizá B. tenga algún interés, pero en alguien que, desde luego no es A., solo una versión limitada, castrada y mediocre de sí misma (castrada por sí misma y su amplio catálogo de prohibiciones... si le digo que he sido una gran actriz porno, no, mejor ocultarlo o parecer que no me siento especialmente orgullosa de esa época o excusarme, era tan joven y descerebrada)....

A. está en un OCHO DE COPAS si B. no muestra el más mínimo interés por los desbarajustes emocionales que provoca en A. De hecho B. no sabe cómo deshacerse de A., le resulta insufrible e inaguantable. A., mientras tanto, hace cosas, esas cosas que aparentemente demuestran que B. es poco menos que irresistible para A. B., quizá, ya haya contestado mal o con impaciencia o con desgana a alguna propuesta de A., quizá hasta esté inventando excusas... B. no siente más que asco por A.

A. está en un OCHO DE VARAS si B. está abusando de A. ¿Cómo, si se acaban de conocer? B. percibe (equivocadamente) que A. siente algo por ella, algo indefinible. Se sabe oscuro y codiciado objeto de deseo. Hablan. B. no quiere nada "serio", algo informal, intrascendente, follar y poco más. Follan. Para A. es poco menos que acostarse con una novicia de un convento instalado en una isla desierta, lo más parecido a un desastre amatorio. Pero para B. ha sido tocar la cima de las cimas. Así que llama, envía wassap, acosa. B., no quiere hacer daño a nadie (no tiene una opinión de qué significa realmente "hacer daño a alguien"), así que, solo para que la deje en paz, cede a los caprichos de esa amante mediocre y artificiosa. A. está en ese punto en el que, después de decir "No" mil veces, termina diciendo "Si" al final, solo porque no sabe cómo mantenerse firme y hacerle comprender, a esa insoportable B., que es un desastre como amante y lamentable como amigo... La cobardía y la ausencia de opinión sobre qué es Lo Correcto y qué no lo es, le impiden tomar decisiones sanas...

A. está en un OCHO DE ESPADAS si está escuchando todo eso que la prohíbe y la frena, todo eso que no es más que basura ideológica que le impide expresarse con naturalidad. Claro que A. tampoco sabe qué es ser natural (¡no, no es hablar sin filtros!)... así que B. ha sido actriz porno, no he visto ninguna película suya ¿debería hacerlo? ¿está bien que vea alguna de sus actuaciones para saber algo más de ella? pero ya no lo es, ¿no? ¡qué vergüenza si alguien lo supiera!¡si lo supiera mi familia! o se lo presento a mis amigos y uno la conoce y yo qué se... mejor me alejo, además seguro que es superguarra, muy manoseada, muy "usada" (esta delirante expresión se la he escuchado a alguien no hace mucho, en fin!).... Así que todo ese ruido ideológico que se olvida del amor a todos los seres sintientes impide que A. se lance sobre algo que podría ser prometedor...


EN DONDE A. QUIERE SER TAROTISTA, PERO ENTRA EN LOS OCHOS

A. ha decidido ser tarotista. Ha asistido a cursos y conferencias, a talleres, se ha leído más 100 libros de tarot y de otras artes cartománticas. ¿Qué hacer?, se pregunta A. ¿será buena idea?.

A. está en un OCHO DE OROS si, por su cabeza, ha pasado la idea de abandonarlo todo y lanzarse sin red al mundo de la adivinación con cartas, está cometiendo un error. Se está dejando llevar por un entusiasmo irreal y fantasmagórico en la que se ve a sí misma dedicándose exclusivamente a esto en cuerpo y alma. Todavía es pronto, dice este OCHO DE OROS, no se deje llevar por el aplauso de unos pocos (la población del planeta roza los 7.500 millones de personas) y actúe con prudencia. No niega ni la capacidad ni la habilidad de A. para ser cartomante, pero sí afirman que dilapidar lo que tiene por alcanzar un sueño que no se consigue, como otro tipo de negocios, en poco tiempo, es un disparate. Relájese, A., lea cartas en horas libres, planifíquese una estrategia o un plan de negocio, hágase un presupuesto...

A. está en un OCHO DE COPAS si creía que dedicarse "profesionalmente" (como si tarotista fuera realmente fuera una Profesión y leer cartas un Trabajo Real... ¡caramba! ¡pero si hay hasta Código Ético!¿Habrá Normas ISO de Calidad? ¡Huelga Ya!Oh!) era fácil, sencillo o creía que "las cartas siempre tienen razón", que si las cartas han salido así y eso es lo que pone este sensacional manual de Esta Academia reconocida mundialmente, entonces es así o si ella se siente "culpable" cuando tiene que leer "malas" noticias, entonces es mejor que lo deje de momento. Porque en el OCHO DE COPAS se esconde el miedo a herir, a hacer daño y una facilidad asombrosa para sentirse culpable (recuerden que los OCHOS son uno de los dos tipos de respuesta que las personas inmaduras (irresponsables) dan a un conflicto nacido en un CINCO). No va bien, A., no va bien...

A. está en un OCHO DE VARAS si, en el fondo de nuestro corazón, en lo más recóndito de nuestra mente, cuando éramos jóvenes entusiastas y desdeñábamos, con la estúpida arrogancia de los que tienen de todo, a todos esos charlatanes de feria, a esas gitanas de barrios periféricos, bah, no aciertan nunca, menos una que conoce mi vieja... y ahora, tratamos de teñirlo de dignidad dibujándolo con delirantes sentidos esotéricos, complicándolo hasta hacerlo ininteligible, llenando de magia ritual lo que solo puede hacerse con un amor infinito hacia LeConsultant... Céntrese. Ámese. Quítese los prejuicios de su cuerpo. No se rinda. Actúe. Lea. Ya.

A. está en un OCHO DE ESPADAS si cree que nunca está sobradamente preparada porque ella ¡quiere ser perfecta!, quiere un 10 en ejecución, un 10 en dificultad y un 10 en pro-fe-sio-na-li-dad, que hay mucho charlatán por ahí, mucho estafador y ella, A. ... tengo un problema, y es la sinceridad. Soy supersincera siempre, digo lo que sale, tal y cual, y eso a la gente no le gusta. La gente quiere algo más suave, quiere escuchar que todo va a salir bien, y no, no va a salir bien, o sí, pero yo digo lo que sale, lo que ponen las cartas, con todo lo que he estudiado es imposible equivocarse, pero claro, hay tantos libros, mira cualquier carta, uno te dice que Maravilloso, otro te dice Pésimo y al final, qué, y claro tampoco es cuestión solo de leer, también está la intuición, yo soy superintuitiva, no vidente, que intuyo cosas, como si tuviera deyavús, y claro que veo, en las caras... acierto con todo el mundo menos conmigo que no doy una, dicen que no es posible leerse las cartas a uno mismo, porque te condicionas, claro, cómo no te vas a condicionar si soy yo misma tratando de hacer coincidir mi intuición con la realidad... Deja de pensar. Relájese. Está muy lejos de hacer una buena lectura. Serénese. Deje de calificarse a sí misma como "intuitiva" o "supersincera" porque se está obligando a serlo. Sea honesta. Y fluya...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Alguna pregunta?