5. LA PAPISA Y LA EMPERATRIZ (La Via Sanitaria)




Para facilitar la lectura sanitaria, la interpretación de la Papisa y de la Emperatriz van indisolublemente unidas, del mismo modo que van El Emperador y El Papa. No hay una interpretación precisa y exacta para La Papisa y otra absolutamente diferente para Emperatriz, sino que, de una forma sutil, ambas son complementarias, una no existe sin la otra.

La Papisa es el alma de la Emperatriz. Así que viendo cómo es la Emperatriz, sabrán como es su espíritu, La Papisa. Y conociendo a la Papisa sabrán cómo es la Emperatriz.

La Papisa nace en un mundo inventado y regulado por hombres en el que las mujeres ocupan un papel secundario, terciario o inexistente. Esto es extremadamente importante porque aunque ustedes puedan, en algunos casos mujeres, tener pensamientos perturbadoramente machistas, las cartas son NEUTRAS o IGUALITARIAS, así que deben olvidar sus patrones mentales paternalistas y falocéntricos si realmente quieren leer el tarot sanitariamente. Si no pueden reemplazar "hombres y mujeres" por "Personas", olviden este tipo de lectura y diviértanse!

A La Papisa le han enseñado cómo debe ser una mujer hecha y derecha para vivir y ser aceptada en más o menos igualdad de condiciones en esta sociedad de hombres. Lo que esa sociedad de hombres demanda, se incrusta en el cerebro de nuestra Papisa, más cuando ve que en Lo Real es verdad que es una sociedad de hombres y que las reglas las fijan los hombres. He oído a más mujeres llamar putas a otras mujeres que a hombres hacerlo, la verdad, pero nunca he oído llamar puto a nadie. No crean que es un alegato feminista o una sandez por el estilo: es profundamente absurdo negarlo, tan tonto como negar que el sol está visible o no-visible... El caso es que sabe todo eso.

También descubre la Gran Clave: hay unas tareas que son superespecíficas y que solo una madre puede hacer y cosas que pueden hacer ambos sexos. Y estas tareas superespecializadas para las que los hombres estamos infradotados aparentemente, están todas relacionadas con el éxito en la vida, que metafóricamente, sería el Camino que conduce a la Salvación, el camino que marca la rectitud de una Papisa (si la hubiera).

Más exactamente, solo ellas vislumbran un mundo ideal en donde sus vástagos y vástagas destacan entre una masa indiferenciada de niños y niñas, por guapos, inteligentes y buenas personas, amantes de los animales, sin apenas contradicciones, estudiosos, sanos y fuertes y practicantes de deportes saludables. Y para conseguirlo, tienen un plan. Un plan demencial: si les doy todo lo que pidan y lo que no pìdan pero que yo crea que necesitan, ellos serán exactamente lo que tienen que ser: más guapos, más altos, más listos, más estudiosos que la mayoría indiferenciada de niños alrededor.

Esta absurda y delirante idea se puede resumir del siguiente modo: La Papisa es la suma de expectativas inverosímiles, objetivos claramente inalcanzables por imaginarios o irreales en las actuales circunstancias de TheConsultant, para los que traza un plan demente.

Y obviamente: este arcano sí se interpreta de forma diferente si TheConsultant es hombre o mujer.



La Papisa, como conjunto ideológico en el cerebro de las personas, es en sí misma, una visión mercantilista de la existencia, en la que aparentemente mejor se está si no hay carencia de bienes materiales y si se siguen las normas y reglas que ellas han aprendido y que segmentan el mundo entre hombres y mujeres, siguiendo estrictamente el modelo machista y misógeno que esta sociedad de hombres defiende desde hace algunos miles de años. Que sea así, no quiere decir que, este modelo, sea Lo Correcto.



La fuerza de la Papisa se ve reflejada en La Emperatriz. Ella es la encarnación precisa de esa Papisa pero con un elemento adicional: el factor emocional. La Papisa no ama, ni siquiera es importante amar o no. ¿No es amar impedir a toda costa que mis hijos sufran, que no conozcan la frustración y el dolor, no es amar impedir que les falte algo, que estén cómodos en la casa, en la familia?, pregunta La Papisa con un gesto de vago desprecio, más cuando ese comentario lo hace un hombre. No, eso no es amar, eso es proveer de servicios y construir una realidad paralela al estilo "Goodbye Lenin": una mujer comunista de la Alemania Oriental despierta de un coma justo cuando el muro de Berlín ha caído. El hijo, guiado por una idea digna de La Papisa, piensa que si su madre descubre que su amado comunismo ha caído, vuelva a caer en el coma o morir, así que, con la ayuda de amigos, logra mantener la ficción de que aún viven en la RDA, durante un tiempo... Esa idea delirante de la Papisa según la cual las personas que la rodean no son inteligentes y son tan frágiles emocionalmente como las alas de una mariposa, es una de las cualidades del pensamiento de La Papisa que las conduce, inevitablemente, a la sobreprotección.

La Emperatriz matiza a La Papisa, le aporta inteligencia, sentido común, sensatez. Frente a la demencia papista que considera que hijos de 40 años aún son niños, La Emperatriz los ve como tipos de 40 años con los que quizá mantenga una relación fría y distante. La Papisa sueña con que sus hijos no saldrán nunca del domicilio familiar y que las hijas estarán siempre a su lado, rodeadas de nietos y nietas... sueña con que su marido será su marido toda la vida, que le aguantará y le soportará porque íntimamente demostrará que su Vía de Éxito ha sido un éxito que hará que ese hombre, ese marido, se sienta orgulloso de sus hijxs. La Emperatriz espera que sus hjos reconozcan todo el trabajo que comportó criarlos y espera reconocimiento. La Papisa quiere Hijos de Mamá; la Emperatriz no.

Porque esto, la crianza de los hijxs y sus procesos de maduración mental, física y emocional, son atribución explícita de una mujer, piensa La Papisa (y a su lado, un poco más allá, El Papa asiente). Es un examen. Es puro capitalismo cruel y aséptico, creación de mano de obra especializada y de personas de las que un hombre se pueda sentir vagamente orgulloso. La Papisa no enseña a gestionar emociones, ella misma no lo hace. La Emperatriz, sí. La Papisa compite íntimamente con otras Papisas evaluando la calidad del comportamiento de sus vástagos cuando están fuera de los muros de la casa en la que viven. El miedo a que les pase algo, que aparezca una Manada de descerebrados que consideren que llevar falda es una provocación, una invitación o un reclamo, las conduce, no a enseñarlas a defenderse de la barbarie, sino a protegerlas de la barbarie, escondiéndolas. El miedo a que algo se tuerza en el Camino del Éxito que ellas tienen trenzado en su mente, las conduce inevitablemente al conflicto permanente, a la ansiedad, a la angustia. La prohibición aparece como por ensalmo. Y con la prohibición, el castigo...




Todo esto es muy interesante pero en los libritos hablan de otras cosas, mucho más positivas, incluso mágicas. Claro, el fin justifica los medios, así que incrustados en una sociedad machista y paternalista, todo ese horror de La Papisa es "bueno" porque hacer pervivir el orden social establecido, el de una sociedad de hombres con reglas de hombres. es bueno y todo lo que sea sumisión, obediencia, respeto y abnegación (como la Virgen María, violada por un espíritu) es perfecto. Peo no, sanatoriamente, no lo es...

¿Por qué La Papisa (arcano II), en una lectura sanitaria, es un personaje horrendo?

¿Será porque ocupa uno de los peldaños inferiores de una escalera que conduce al triunfo del espíritu (imaginariamente situado en las alturas), uno que solo está a dos pasos de la sinrazón (El Loco, arcano 0) y a uno solo de la impostura (El Mago, arcano I)? ¿O será porque creen en algo que no puede ser cierto, que no puede ser real?

El universo, a través del Tarot, pìensa por ustedes: verán, el ideólogo de todo esto, el o la que decidió equilibrar el número de personajes de sexo femenino con el masculino en los personajes de la corte de una baraja del siglo XIV y que añadió Papisa como un contrapoder o un equilibrio necesario para Papa en el siglo XV, no creo que pensara que hubiera demasiada diferencia de roles, que existieran cosas para chicos y cosas para chicas. Y estamos hablando de un período de la historia en el que las mujeres no existían como seres humanos. Más bien, soñaba un mundo utópico. Parecido al de los cátaros, pero sin religión ni dios por medio. Un mundo en el que, ¿de verdad importa que el Papa tenga amante oficial? No!

No hay duda de que el Tarot es hijo de su tiempo, de su "Zeitgeist", del espíritu de sus tiempos, el Renacimiento italiano... el primer mazo que conservamos es un encargo de una mujer, Bianca Maria Visconti. El mazo no puede ser egipcio: una sociedad totalmente esclavizada y sojuzgada a los caprichos de un dictador-faraón no es capaz de crear nada bello y hermoso más allá de unos cuantos problemas de geometría ¿recuerdan a muchos artistas premiados por regímenes totalitarios de cualquier signo como "maestros"?¿Más allá de imponentes edificaciones de una fealdad deslumbrante, recuerdan alguna obra de arte de algún artista que hubiera vivido en tiempos de dictadura militar? ¿qué nos han legado esos imperiales y tiránicos faraones? ¡Sus tumbas! ¡Figuras geométricas de técnica deslumbrante pero feas!... Es en el caos cuando florece el arte. En el caos de tener papas corruptos y perversos, príncipes enloquecidos, mercenarios por aquí y por allí, traiciones, deslealtades, ahí, en ese barullo en el que el pueblo, la plebe, puede jugar a reírse de los que mandan, si alguna vez, entre tanta escaramuza, tuvieran claro quien es el que manda. Quizá pusieron Papisa porque como el Papa siempre estaba rodeado de mujeres....

Perdonen que les haga una pregunta a ustedes, álmicos: si todas las almas son iguales, es decir, no he leído que las almas femeninas sean muy diferentes a las masculinas, ¿por qué las que se reencarnan en cuerpos femeninos pasan a tener un segundo grado, unos patrones castrantes que limitan su propia libertad de ser como les de realmente la gana? ¿O es que el siguiente paso en su reencarnación álmica, el soñado, es reencarnarse en un hombre? en el proceso reencarnativo, ¿es mejor reencarnarse en un hombre o en una mujer?. Si diera igual.... ¡aparecería La Estrella (arcano XVII)!

Así que la Papisa tiene un punto de partida falso: cree que si, que hay cosas de hombres y cosas de mujeres, que hay cosas que SOLO pueden hacer las mujeres y otras que también pueden hacer hombres, si es que ellas quisieran hacer esas cosas. Matar animales por diversión, por ejemplo. Que si, no es lo mismo educar a una chica que a un chico, que además es ir contra la corriente, que luego le será más difícil ser si es el rarito o la rarita con ideas propias. Que la libertad total no conduce a nada bueno, que hay mucha maldad por ahí, libre. De sexo no se habla y se invita a crear un paradigma en la casa: El Sexo Es Cosa De Animales. Es Asqueroso. Mancha. Convierte A Las Niñas en Putas. Pero Si Los Niños No Lo Hacen A Cierta Edad Mal Asunto. Jamás hablar de amor. Convertir objetos en Demostraciones Evidentes Y Obvias De Cuanto Te Quiero. Sumen, que hay muchas. O resten. Pero piensen, porque todo ese pensamiento maternal machista sobreprotector, con el cerebro chamuscado de ideas delirantes, abarrotada de prejuicios acerca del mundo y con miedo a todos sus habitantes, está en La Papisa... y sus artimañas para domesticar Lo Real y hacerlo corresponder exactamente con Lo Imaginado, también...

De ahí que la primera interpretación sea: Oh, Papisa: me temo que sus expectativas son ilusorias y sustentadas en una falsificación de la realidad. Eso, o cree que está haciendo todo lo correcto y necesario para conseguir un sueño que, en las actuales circunstancias, parece ser imposible. Esto es la lectura Forer. Vale para todos y todas. Pero no.




A (Ella) y B (Él), heterosexuales ambos, formando algo a lo que llaman "pareja" y que va más allá del hecho obvio de que son dos, hacen una consulta a su tarotista de referencia:

<< Nos conocimos hace un par de años pero hasta hace unos meses no hemos intimado. Vivimos en casas distintas, de hecho nos separan quince kilómetros nada más. Trabajamos en el mismo sitio. Nos llevamos estupendamente bien, no tenemos discusiones de esas "de pareja", nos reímos cuando estamos juntos. Desgraciadamente él viaja mucho, el trabajo y....

A (Ella): << ¿Vamos a terminar viviendo juntos como pareja o vamos a seguir así? >>

Oh, estimada TheConsultant, me temo que sus esperanzas, tal y como las plantea, son inalcanzables, más que nada porque cree, como si fuera un Dogma de Fe, que si dos personas se quieren, viven juntas y hacen lo cotidiano juntos y que si no lo hacen, no son pareja o no es una relación seria. Y me temo que se equivoca. Asegura que se llevan estupendamente, que tienen una vida íntima satisfactoria y que además cada uno de ustedes tiene su propio espacio privado, sin embargo no le parece suficiente, no le parece "serio". Y sin embargo, que bueno es tener su propio espacio, perfecto para esos días en los que una se levanta torcida, de mal humor. Abra su mente a más posibilidades. Reforme su Diccionario de Relaciones y amplíe su restrictivo y ridículo concepto de pareja y relájese, disfrute, no tenga tanto miedo a... ¿a qué?¿que si vive en otra casa es más fácil que le sea infiel? ¡No sea ridícula y fíjese bien en lo que tiene, en lo que siente, en lo que le hace sentir a ese individuo!

B (Él): << ¿Esta es la mujer de mi vida? ¿Vamos a vivir juntos pronto? >>

Oh, estimado TheConsultant. Me temo que es usted un Niño de Mamá aún y hace preguntas infantiles. A. es su Segunda Mamá, la que le justifica todo, hasta algunas mentiras injustificables. Qué lindo. Digamos que, de alguna forma, ella le parece su mujer ideal porque cumple ciertos estándares que no sabe cómo han llegado a su cerebro (la importancia del pequeño número de parejas sexuales de A., el valor del pudor y del lenguaje moderado, jerárquicamente inferior, etcétera). Pero es usted poco generoso, recibe más que da, así que siempre espera algo más. Pareciera que vive en un estado de permanente insatisfacción. Pero es solo infantilismo emocional, no se asuste. Por otro lado, usted sigue haciendo exactamente lo mismo que hacía antes, solo que ha añadido a una mujer en su vida. Se llevan bien. Podrían vivir juntos, si eso le parece formalizar u oficializar una relación, pero créame, no es necesario. Fluya, que me parece que está empezando a forzar una situación que realmente solo va a deteriorar su relación. Y trate de ser honesto, no juegue a juegos de adultos si aún es un niño.




¿Y si fuera un personaje? ¿Cómo sería La Papisa?

La Papisa no es un personaje, no es nadie en particular. Para ellas, es un modo de ser mujer tradicional, al modo de la tradición y filosofía occidental judeo cristiana y con la mentalidad burguesa occidental, esa dicotomía de Lo Normal y lo que no. Para ellos no es más que la representación simbólica de su infantilismo emocional.

Así, en Ellas, La Papisa es más un freno, un tapón, un límite fijado por la educación sexista que ha recibido. Sabe, desde la más tierna infancia, qué es ser buena niña (obediente), ser buena chica (buena estudiante, obediente). Ahora le toca encontrar a un Buen Hombre, pero ella no busca, solo escoge entre lo que se presenta. Y escoge al que tiene más pinta de ser Buen Hombre, un tipo de apariencia corriente, sin nada destacable, ni a favor ni en contra. Alguien con el que poder ser una Buena Esposa. Antes, Buena Novia. Después, Buena Madre, con hijos maravillosos de un Buen Hombre. Y para conservar todo eso, para conservar ese título de Buena, se convertirá en una excepcional Criada. Hará lo que sea necesario. Obedecerá. Se mostrará atenta. Escuchará. Aprenderá a tratar a su Buen Hombre como si fuera un niño pequeño. Hará todas esas cosas que su Madre hacía: cuidar de la casa, atender a los hijos... Así que, si algo se tuerce, si algo no es exactamente tal y como debería ser, se frustra en silencio. Desgraciadamente, La Papisa no tiene opinión formada sobre nada. No sabe por qué prefiere a un señor corriente antes que a un señor interesante ni qué significa eso de ser buena o bueno. Solo sabe que hay determinadas cosas que se hacen porque están bien y otras que no se hacen porque están mal. Porque hay una línea muy fina que separa a las Buenas Mujeres de las Putas, de ser Alguien Bueno a ser una cualquiera... La Papisa no gestiona emociones de forma inteligente, no construye verdaderos vínculos afectivos sino que se muestra siempre recelosa, desconfiada, a la defensiva. Tiene poca tolerancia a la frustración pero es capaz de disimularla perfectamente. Tiene tendencia a culpabilizar al mundo de cualquier cosa que salga mal o no de acuerdo con sus planes. Considera que eso que hace por sus hijos es un sacrificio, se sacrifica por ellos, pero no se pregunta qué es exactamente eso que está sacrificando. En muchas ocasiones son más machistas que cualquier hombre que conozca. Tiene tendencia a valorarse poco, a ser excesivamente modestas, cautelosas, prudentes. Como si fueran viejas de ochenta años cuando aún tienen 20. Formales, paseando de la mano en los domingos de verano, encontrándose con otras parejas normales, comparando la extracaballerosidad de sus respectivos Buenos Hombres, juzgando implacablemente a otras Papisas como ella y a sus presuntos Buenos Hombres... Con el cerebro lleno de prejuicios de analfabeta funcional, La Papisa es xenófoba, está contra cualquier tipo de multiculturalidad, se aferra con uñas y dientes a la tradición. Poco importa que sea una mujer nacida en el Bronx o en Valparaíso, poco importa que sea de Barcelona o de Madrid: solo hay una forma de hacer las cosas y esa forma es la de La Papisa, y solo ella tiene el secreto del éxito para los niños que vendrán (una mujer sin el proyecto, más o menos próximo, de tener hijos, no es La Papisa).

En Ellos, La Papisa es la sombra de la Madre, la sombra de una madre tan alargada como la de Norman Bates. Una madre estricta y rigurosa, una madre que explicaba, con claridad meridiana, qué hacía un Buen Chico, qué no. Una madre castradora sin quererlo. Una madre sobreprotectora, La Papisa, que convierte a Ellos en poco menos que descerebrados inútiles. Una madre que prohíbe todo, como si cualquier cosa fuera peligrosa. Pero Ellos ha tenido más suerte por ser chicos. Los chicos nacen en un mundo de chicos. Tienen que ser fuertes. Tienen que arriesgarse, pero con cabeza. Decididos. Sin temor a los insectos ni a las ratas. Dispuestos siempre para una pelea. Esterotipos de hombres triunfadores. En lo que sea, pero triunfadores. Haces cosas y te dan premios. Apruebas y te dan regalos. Pero puedes mentir para conseguir los regalos igual, no va a pasar nada. Mamá te defiende. Mamá te justifica. Eres el chico, el triunfador. Un inútil que no sabe valerse por sí mismo. Y Mamá te ha enseñado que como Mamá nadie te va a cuidar tan bien. Y se lo creen. Creen que eso que hace Mamá es cuidarles cuando en realidad sus Mamá es una criada, disponible a cualquier hora para satisfacer cualquier capricho. Así que Ellos buscan algo así, algo "normal" que haga esas funciones de mamá y que además le deje seguir haciendo sus cosas, sus rutinas. Egoístas y Ególatras se esconden en esta carta para Ellos....

No hay amor en nada de todo esto. Hay afecto quizá, pero no Amor. Algunos viven así sus amores adolescentes. Otros los viven así de adultos. En el primer caso es natural: están jugando con las reglas no dichas de los adultos, unos niños. En el segundo, es tenebroso.

Ninguno de los dos actúa. Frente a la adversidad, se detienen. Esperan que los problemas se disuelvan solos, que Otro tome las decisiones, sin darse cuenta de que esa pasividad bestial es también una forma de hacer y decir. Pasivo-agresivos, que diría algún especialista en cosas mentales...

La Emperatriz es La Papisa en acción. Donde allí solo es pasividad y una esperanza irracional en que lo imposible suceda, la Emperatriz es la versión activa de una persona cuya ideología más evidente es todo ese pensamiento sexista, racial, perturbadoramente conservador y carcelario. Todas las madres son emperatrices, pero solo algunas alcanzan el estado de La Emperatriz. En bruto, es una Madre Coraje 24x7. No descansa ni cuando duerme, permanentemente atenta, vigilante, preparada para cualquier eventualidad, para cualquier contratiempo, para cualquier adversidad. Todos los que son su familia (sea biológica y/o emocional) pueden dormir tranquilos porque Ella los cuida. A todos, incluida a sí misma.

Mientras la Papisa ora, reza, implora, pide, decreta, invoca, conjura, enciende y apaga velas, se disfraza, o lo que sea que haga con dioses y otras entidades abstractas, reencarnadas o no para que, lo que ella espera, tal y como lo espera, se haga Real, la Emperatriz actúa. Le guían los principios rectores de La Papisa, así que La Emperatriz es mucho más severa con las niñas que con los niños. Y más rocosa. Y más inasequible al desaliento.

Así que esta carta, si TheConsultant es mujer, es una versión salvaje de una madre convencional. Y eso quiere decir que, por alguna razón desconocida, TheConsultant femenino se está dejando avasallar, una injusticia sobrevuela en su casa, en su terreno, está dejando en manos de otro la determinación de hacer algo, está delegando en un/a inútil la toma de una decisión que es trascendental o se está olvidando de que ha llegado el momento de tomar una decisión ella misma. La Emperatriz pide determinación, cierta incapacidad para dar su brazo a torcer, la defensa ciega de los suyos. Pide que sea usted, querida TheConsultant, la que actúe, porque si no lo hace, entonces poco va a conseguir. Pero esta carta dice: ¡Hágalo Ya!

Pero si TheConsultant es hombre entonces La Emperatriz le está diciendo ¡Madura, hombrecito! Tu mamá no te va a salvar esta vez el pellejo. Nada puede hacer, además. Te toca a ti. Una decisión dura, de esas que cuesta tomar. Empieza a pensar con la cabeza y no con cualquier otro órgano más o menos pendular y céntrate. Toca tomar partido, elegir el bando en el que estás, tomar una decisión responsable, pàra ti y para la gente que te rodea. Por una vez, aunque sea esta vez nada más, tienes que mirar alrededor, tienes que pensar también en las consecuencias de las estupideces que haces y que afectan a los tuyos. Si quieres estar aquí, donde estamos nosotros, tendrás que tomar una decisión. Y decidir es renunciar a algo, a otra opción, a otro camino. Está en tu mano, hombrecito. Empieza a tratar a la gente que te quiere con cariño o aléjate. Se Emperatriz: no estás solo en el mundo, no somos unos extraños, somos la gente que forma tu familia emocional. Deja de joder y actúa, que ya eres mayorcito...

Así que, en lectura Forer, una frasecita que valga para todos sin apenas matices, La Emperatriz pide una acción decidida por parte de TheConsultant para enfrentarse a una situación dada que está implícita en la pregunta...




La Papisa es, posiblemente, el/la peor amante que se pueda disfrutar , el más reprimido sexualmente por sus propios tabús, complejos y terrores. Sentimentalmente no pasan de la categoría de actores de segunda fila, personas que hacen lo que se supone que hacen los que aman y dicen las cosas que se supone que dicen los amantes, pero sin sentirlas realmente. Los tabús, los prejuicios, el terror a dar porque es como perder, el pánico a ser despreciable por sentir un deseo feroz, la verguenza, el pudor, el miedo a enamorarse están en La Papisa. No comprenden el valor de un regalo, así que se obstinan en hacer otro y si no, se sienten en deuda.

La Emperatriz por su parte, arriesga un poco más, es dcir, está abierta a más experiencias sexuales con su amante, pero sin pasarse de la raya, sin caer en algún tipo de perversión, según la clasificación de Actos Perversos que se almacena en su cabeza. No se enamora, eso implicaría perder el control, empezar a "depender" de otra persona. La Emperatriz manda y delimita su terreno de acción: mis hijos, mi marido, mi casa. Notarán que La Papisa y la Emperatriz son estrictamente heterosexuales rechazando de plano cualquier tipo de comportamiento homosexual en ellas mismas, aunque pueden aceptar de buen grado que sus hijos varones sean homosexuales, en las sociedades en las que la homosexualidad, especialmente la masculina, se ve con más tolerancia o respeto.

La Papisa y la Emperatriz no contemplan ningún tipo de relación sentimental que no sea jerárquica, es decir, hombre-macho sale al mundo exterior a cazar y traer comida, follar con mujer, procrear, mientras mujer-hembra quedarse en cueva con crianza de hijos en compañía de otras mujeres. A veces mujer también salir a cazar, pero no por eso dejar de hacer todo lo que le corresponde como mujer en la cueva. Amor es estar juntos aunque no necesariamente formemos un equipo, dice La Emperatriz, con una persona adecuada, estable, sólida, asentada en principios morales de alta calidad. En general, las Emperatrices y las Papisas atraen a Niños de Mamá de edad adulta.

El cerebro ultramachista de la Papisa y la Emperatriz es la que cuestiona que una mujer se vista de rojo y vaya sola a cenar a un restaurante caro (¡es una buscona!), que sonría y sea amable y cariñosa con todo el mundo, sean del sexo que sean (¡una puta casquivana!), que vaya sola a fiestas o a tomar una copa en un bar, que compre esa ropa tan provocativa, tan estruendosa (¡es un putón casquivano!), que viaje sola (¡una loca!) o que, cada cierto tiempo, una de sus mejores amigas cambie de acompañante como de bragas (¡la quiero como a una hermana, pero es muy puta!). Así que La Papisa y La Emperatriz tratan siempre de pasar más o menos desapercibidas cuando están solas y solo visitan bares o terrazas o playas en horario infantil. Solo cuando están absolutamente seguras de que están acompañadas por un hombre, La Papisa y la Emperatriz lucen un poco más en las calles, solo en ese momento se atreven. Y así crean los lazos de dependencia emocional tóxica, porque bastará una crítica velada de ese hombre que tienen cerca para que dejen, instantáneamente, de hacer lo que realmente les gustaría hacer. Todo sea por mantener incólume la imagen de Mujer Hecha y Derecha que ahora es Buena Novia o Buena Mujer.

Esta idea tan retorcida del amor y de sus vericuetos la comparten con hombres. En ellos se establece una catalogación dicotómica: todas las mujeres divertidas, inteligentes, generosas y sensibles son, básicamente, un peligro. Y todas las que se parecen a su Mamá, esa seriedad, esa pose severa, esa actitud patriarcal ante la vida, son para casarse. En general, y mientras les aparezca este arcano para identificarles en una tirada, los hombres Papisa y Emperatriz son lo más parecido a hombres rurales de los años 50 del siglo pasado. Este tipo de hombre es el que, repentinamente, se convierte en crítico de moda, experto en estética o carcelero de baja intensidad.

La Papisa y la Emperatriz tienen tendencia a creer en espiritualidades varias: Maestros Ascendidos (¿para cuándo una lista paritaria de "ascendidos"?¿las mujeres no ascienden o es que son muchos menos inteligentes que los hombres y salvo alguna excepción, no "ascienden"?), dioses variados, filosofías que añaden abstracciones incomprensibles (el karma no es un un Angel Vengador), ángeles y arcángeles masculinos (¿no eran asexuados?)... Cualquier cosa que parezca que, más allá, en algún lugar, sus almas conectarán con algo esencial y regresarán para ocupar otra vez, un cuerpo de mujer en un mundo de hombres. Cualquier cosa que justifique sus limitaciones, sus tabúes, sus frenos. Los hombres, sin embargo, tiene más tendencia a creer en la Ciencia y a elaborar complejas teorías fisico cuántico biológico psicológicas acerca del origen de todo. Niegan a dios y abrazan la Teoría de Cuerdas o la Teoría M. O a los extraterrestres. Ninguno de los dos cuestiona que el mundo, las reglas de conducta de los Contratos Sociales que aparentemente hemos firmado, están redactadas por hombres.

Ambas comparten la abnegación y el sentido del sacrificio, pero en el caso de la Emperatriz lo hace con gusto, porque es así, porque es una ley. En La Papisa, todo eso que hace espera de un reconocimiento, de un aplauso. Que sus hijos se den cuenta del enorme sacrificio que hace comprándoles un Iphone X Plus, o preparándoles el almuerzo o recogiendo la ropa sucia que van dejado tirada por ahí. La Papisa no se queja mucho, se queja en las conversaciones con otros de la mala suerte, de la magia que están haciendo otras personas contra ella, del mal karma, de la envidia etcétera, pero no es capaz de poner ni un límite sin sentir que ya no es Buena Madre, Buena Esposa o Buena lo que sea. La Emperatriz fija límites, es severa (con las chicas es especialmente severa), dura, castiga con frecuencia. La Papisa es paciente por sumisión; la Emperatriz es impaciente, quiere las cosas ahora, no dentro de media hora.

Esto no es más que una pista. Sueñen, imaginen, resten, sumen, borren.. construyan su propia Guía de Comprensión de Arcanos y diviértanse!



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