CINCO DE PENTACULOS



Esa carta es el CINCO DE PENTACULOS del tarot diseñado por Waite y dibujado por Pamela Colman-Smith. En ella se ven a dos personajes, una mujer descalza y un hombre con muletas y los pies vendados, corriendo por la nieve y pasando por debajo de una vidriera coloreada en la que se ven las primeras cinco sephirah del Arbol de la Vida cabalístico. El cinco se corresponde con Gevurah, la última a la izquierda, la oposición de la fuerza y la severidad a la dulzura y la misericordia.

La nieve, en general, simboliza un estado sublimado de la tierra y, por lo tanto la tierra adquiere un profundo sentido místico (en algunas culturas, Madre-Tierra es blanca como la nieve). Las muletas hacen referencia a dos conceptos simbólicos interesantes. El primero está asociado con Cronos o los dioses del tiempo, representados tradicionalmente como un hombre con muletas (las primeras versiones de El Ermitaño hacen referencia a este simbolismo). El segundo tiene una significación literal, simboliza el soporte invisible, moral o económico de cualquier otra existencia «apoyada» en ella. Con frecuencia esa muleta corresponde a un apoyo inmoral, oculto o vergonzante (a causa de ser el pie símbolo del alma y su enfermedad o mutilación correlativo del defecto incurable espiritual). Por eso, en leyendas e historias literarias muchos personajes siniestros, piratas, ladrones e hipócritas inmorales aparecen usando muletas y con la simbólica cojera.

Waite describe a los dos personajes en su librito "La Clave Pictórica del Tarot" como dos mendigos en una tormenta de nieve pasando por debajo de una ventana. Waite la identifica con el amor matrimonial, concordancia, cierta amistad, cierto grado de intimidad.

En una interpretación de primer nivel la carta podría titularse Guía Práctica del Egoísmo Sano. Los personajes, una mujer (el poder femenino) arrastra tras de sí un soporte que es falso, que no es más que apariencia y vacuidad. La pureza de la tierra, lo que de puro tiene la tierra sobre la que camina, hace que intente dejar atrás esa cojera que la persigue con rostro neutro. Gevurah refuerza el contenido simbólico: la preocupación por uno mismo, por valorar lo que realmente se es, no pasa por ayudar constantemente a los desfavorecidos ni practicar gestos de altruismo enloquecido. Huir de la mendicidad (que quiere decir dejar de ayudar a los que no nos están pidiendo ayuda explícitamente sino a través de indirectas o falsas quejas) es el primer paso para alcanzar la pureza. Lo que se posee se conserva a base de amor y fe no de falsas ataduras (seguridad económica o sencillamente sistemas de seguridad inseguros o falsos). El CINCO DE PENTACULOS nos recuerda que la primera preocupación, antes de atender a los lisiados y a los enfermos debemos ser nosotros mismos: sólo desde el equilibrio de lo que realmente somos podemos ser o tener (y ayudar desinteresadamente). Emocionalmente esta carta se vincula a una preocupación por la salud de uno mismo (salud física, mental, espiritual), por decir "No-Quiero" y por no caer en falsos victimismos y chantajes emocionales de otros.

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