CINCO DE VARAS



Ahí ven el 5 DE VARAS del tarot diseñado por Arthur Edward Waite entre junio de 1907 y octubre de 1909, dibujado por Pamela Colman-Smith y publicado por William Rider en Londres en 1910. Gracias al mazo restaurado de Stuart Kaplan para U.S Games conocido como "Tarot Universal", sabemos de los verdaderos colores del mazo de Waite ya que por limitaciones técnicas, el azul de Pamela se convirtió en aguamarina.

En palabras de Waite, en su obra "La clave pictórica del tarot", la carta muestra una lucha simulada o un juego de chicos jóvenes llevando una vara en la mano. No están peleando, sólo están fingiendo. Waite escribe que simboliza esta alegoría que la lucha por alcanzar fama y riqueza material no es más que un juego, una impostura. De donde se deduce que malgastar energías en esos fines es sólo un juego. Pero Pamela pinta más.

Los cinco, cada uno de ellos vestido con un color que lo relaciona con cada uno de los elementos más un elemento central que los une a todos simbolizan el cuerpo físico y emocional, lo que en este momento se es. La aparición de un conflicto entre las partes que, a su vez, no conduce a ninguna parte puesto que es un teatro o una batalla falsa, lleva a la conclusión de que hay un elemento exterior o inventado que, de alguna forma fuerza esta representación teatral.

En un primer nivel de interpretación esta carta se puede resumir en una sola palabra: Conflicto. Pero no es un conflicto real, sino un conflicto impostado, falso, ficticio. O un conflicto que llega desde el exterior y que provoca un desajuste interior que, a su vez, provoca conflicto. Por ejemplo, alguien que inventa excusas tiene tendencia a que aparezca esta carta: alguien me pide algo, mi yo no quiere hacerlo, no encuentro ninguna razón no hacerlo más que la pereza, la desidia o el aburrimiento pero no soy capaz de transmitirlo. Me invento una excusa. Me invento un conflicto. Eso es esta carta. Un desajuste interior que es ficticio pero que transmito como real. Alguien nos dice No y fingimos enfadarnos. Eso es esta carta. La acción pura (el joven vestido de rojo) pierde un tiempo brutal en conflicto consigo mismo, un conflicto que es falso, irreal o sobredimensionado.


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