DIEZ DE ESPADAS



He ahí el DIEZ DE ESPADAS del tarot diseñado por Arthur Edward Waite y dibujado por Pamela Colman-Smith en los primeros años del siglo XX, ambos miembros de la Orden Hermética de la Aurora Dorada y más tarde de la Hermandad de la Rosacruz (no confundir con los rosacruces). En ella se ve a un hombre tendido boca abajo con diez espadas clavadas. Está cubierto con un manto rojo. El hombre sangra.

Waite como única indicación señala en "La Clave Pictórica del Tarot" que es un "hombre postrado en el suelo, aseteado por todas las espadas que conforman el naipe". Debe transmitir la sensación de dolor, tristeza, aflicción. Pamela, siguiendo su instinto simbólico y dejando una impronta que se percibe en cientos de mazos diseñados posteriormente, lo dibuja boca abajo. Era costumbre de los caballeros templarios ser enterrados boca abajo, sin armadura pero con capa y vestido, como símbolo de humildad y aceptación de la muerte.

En una interpretación de primer nivel esta carta se puede identificar como Mis Ideas me Han Hundido En Un Pozo. Las espadas clavadas en la espalda (no es una pelea frente a frente contra un enemigo sino que éste ataca por la espalda) remiten a la idea de Cobardía o Freno Autoimpuesto por rigidez mental. Las espadas, recuerdo, son las fuerzas impulsoras del ser humano, todas esas ideas, pensamientos e inteligencia que, algunas veces nos liberan (As de Espadas) y otras nos hunden. El simbolismo de los caballeros templarios recordando humildad y aceptación de la muerte alegóricamente implica frenar, revisar todas las ideas que nos han conducido hasta ahí, qué hemos hecho mal y aceptar el resultado de nuestra acción/inacción que es absolutamente desastroso.

Un DIEZ DE ESPADAS en espadas habla de una situación que, por cerrazón mental, por no aceptar las ideas frescas y renovadoras de otros, por pesimismo paralizante o sencillamente por miedo y terror al error o la equivocación nos ha conducido a un desastre. El DIEZ DE ESPADAS es una carta de transición entre Espadas y Copas, es decir, que para salir de esa ruina mental que está asediando al consultante y llevándolo a un páramo desolado en el que solo hay chacales hambrientos, polvo y viento, lo mejor que puede hacer es algo que le resulte estimulante: leer, cultivar bonsai, pintar, colorear mazos de tarot, apuntarse a yoga o a correr por las calles sin que nadie le persiga. Algo que le obligue a salir de ahí. Lo más interesante es que sólo le salvará algo por lo que sienta amor si no entrará en el resbaladizo territorio de la autoconmiseración.

Un DIEZ DE ESPADAS en oros recuerda que, darle más vueltas a la cabeza no va a revertir la situación, que hacer eso no es más que perder el tiempo. ¿Monto una tienda en internet? Si. ¿Tengo cáncer? No. ¿Estoy embarazada? No.

Un DIEZ DE ESPADAS en copas asegura que eso que antes existía no va a volver a suceder, que darle vueltas a la cabeza ya no sirve para nada, que ya es tarde. ¿Volverá? Con un DIEZ DE ESPADAS, no. ¿Como me ira mi viaje a China? Deja de pensar en problemas inexistentes, deja de inventar cosas. Saldrá perfecto o mejor de lo que esperas. ¿Me quiere? Deja de hacerte preguntas y vive.

Un DIEZ DE ESPADAS en Bastos o Varas asegura que la posibilidad del error frena y paraliza, detiene. ¿Me presento a esas oposiciones? Si. ¿Me acerco y le pregunto si me invita a su casa a ducharme? Si


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Alguna pregunta?