SIETE DE COPAS



Ahí ven el SIETE DE COPAS del tarot pintado y coloreado por la ilustradora británica Pamela Colman-Smith, de acuerdo con las indicaciones, no siempre transparentes del erudito Arthur Edward Waite en 1910. En él aparecen siete copas flotando entre las nubes, conteniendo cada una de ellas, objetos y animales cargados de simbolismo. Waite define las imágenes que aparecen en las copas como fruto del espíritu.

El central, algo o alguien cubierto por un velo, simboliza el Misterio o lo Oculto y que está iluminado o aparenta brillar más que el resto de las copas. A la izquierda, un rostro que podría ser andrógino (aunque Pamela pinta un rostro que a mí me parece más "masculino", pienso que es más sensato desvincularlo de sexo y otorgarle el poder del andrógino). En este sentido, el andrógino es un símbolo del pensamiento; según Blavatsky, el primer dios es andrógino y se sabe nacido de "lo mental" (Minerva surgiendo de la cabeza de Júpiter es la representación más clara). A su derecha una serpiente, el símbolo más puro de la energía sola y pura, de la fuerza. Y esto es así por la multiplicidad del contenido simbólico asociado a la serpiente por movimiento (enrosque, reptar, ondulación), por dónde vive (cuevas, de mar, en ramas) o por suma con otros símbolos (la serpiente como principio y final de todo). En este sentido, Blavatsky asegura que la serpiente simboliza el triunfo de lo inferior sobre lo superior, la fuerza sobre la materia, en resumen, una involución.

En la fila de abajo se vislumbra, una fortificación o castillo (símbolo de la vida espiritual), joyas (símbolo de la riqueza material), la corona de laurel (símbolo de gloria y fama) y el dragón (símbolo obvio de lo animal o de lo instintivo)

En una interpretación de primer nivel, esta carta podría estar asociada al concepto de Desastre, en el sentido de que todo lo que aparece en las copas (ya sea fuerza física, belleza, inteligencia, potencia sexual o reconocimiento social) no es nada más que un sueño o una fantasía inalcanzable porque hay algo en el centro, algo escondido debajo de un velo, algo que no sabemos si es real o es sólo una ilusión que no podemos desvelar y nos quita el sueño y la paz. De alguna forma es una carta impar (que implica acción) en el que la única actividad es pensar y darle vueltas a una idea hasta que esa idea, por repetición, por insistencia, se convierte en una obsesión o en una enfermedad. Lo que aflora de las copas no es más que sueños del ego, es decir, aspiraciones o fantasías irreales de nosotros mismos que, de alguna forma, nos conducen a la locura. Un ejemplo quizá ayude a comprender mejor su sentido. Si yo finjo que perdono algo que es imperdonable y sigo haciendo mi vida como si eso no hubiera sucedido nunca, como si no hubiera pasado o como si no pasara nada, dándole vueltas a la cabeza acerca de si eso que hizo ese alguien, tan imperdonable, lo volverá a hacer o no, entonces estoy en una situación de SIETE DE COPAS.


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