SIETE DE PENTACULOS



Frente a ustedes el SIETE DE PENTÁCULOS del tarot diseñado por Arthur Edward Waite, dibujado y coloreado por Pamela Colman-Smith y que recibe el nombre de Tarot Rider o Rider-Waite en honor al editor, William Rider. En la descripción que Waite hace de la carta se puede leer: "Un hombre joven mira intensamente una planta de la que cuelgan 7 pentáculos que, al estar a su derecha, indican que es el lugar donde el corazón está". Pero Pamela sólo pinta 6 colgando de las ramas y uno en el suelo, a los pies del joven.

La vara en la que se apoya el personaje central es ahora un bastón, aunque el sentido simbólico de la vara no se pierde (acción, fuerza, impulso). El bastón goza de un doble simbolismo: como apoyo y como instrumento de castigo. Uno y otro caso ponen en práctica el principio elemental del simbolismo; considerar como correlativas e intercambiables las posibilidades materiales y espirituales de una situación dada. Como arma (con un bastón mata Edipo a su padre Layo sin reconocerle) se identifica con la maza, arma real.

El Seis (hay seis pentáculos colgados del arbusto) es un símbolo de totalidad (En la creación bíblica el 6 también tiene un profundo significado al ser el numero de días con que se creó el mundo visible. De los 6 días de la creación, el hombre fue creado en el sexto. En la vida de Jesús y todas las santas escrituras las menciones al seis son constantes: Jesua estuvo seis días envuelto en neblinas en el monte Sinaí, fue crucificado en el sexto día y a la sexta hora. Moisés recibió las Tablas de la Ley con unas dimensiones de 6 palmos de largo, 6 de ancho y tres de grueso). En el "Apocalipsis" el 6 es el numero del pecado. Lo que nos da a entender que el 6 no siempre tiene porque estar en equilibrio. La distribución de las fuerzas del número seis no se distribuyen siempre de forma dual y perfecta. No olvidemos que esta formado por dos ternarios, tres pares o seis unidades. Puede inclinarse hacia el bien o el mal, hacia la unión con Dios, pero también hacia la revuelta.

En una interpretación de primer nivel, la carta podría asociarse al principio de la Prudencia o la Cautela. Tal y como asegura Waite, la planta atesora todas las cualidades materiales y espirituales que se requieren en una situación dada. Pero un pentáculo en el suelo habla de la posibilidad de perder alguno, de dejarlo caer. Al estar el personaje apoyado en un bastón, con su doble simbolismo, no sabemos si vamos a castigar o vamos a apoyarnos en lo que tenemos. La situación requiere prudencia para usar la vara/bastón en un sentido u otro, del mismo modo que los seis pentáculos tiene simbolismo doble, la totalidad y el pecado, la unión o la disolución. De ahí la prudencia para seguir lo que el Tao llama el Camino de la Corrección. Prudencia para no dejar caer en el barro los frutos de nuestro trabajo material y espiritual.

La prudencia, en general, se refiere a la forma de hacer o de decir no a lo que se hace o lo que se dice. Pide una cierta benevolencia, aunque se puede caer fácilmente en el insulto o en la degradación (el pentáculo en el suelo, símbolo de nuestros más bajos instintos o pensamientos). Pide cortesía, amabilidad y cierta comprensión o empatía. Pide usar la vara como apoyo, no como instrumento de castigo. Pide el diálogo, no la discusión desde una torre de marfil. Dado que los seis pentáculos, símbolos de la totalidad y del ser humano (con todas sus posesiones: inteligencia, bondad, empatía, casa, coches y perros, etcétera) y el joven las mira embelesado, sugiere que el consultante mire bien sus propias cualidades antes de actuar o de juzgar o de comparar. Prudencia...


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