SIETE DE ESPADAS



He ahí, bajo un sol de mediodía, a un hombre que huye mirando hacia atrás con cinco espadas en sus manos dejando dos clavadas en el suelo. Al fondo, se vislumbra un campamento militar. El hombre lleva un tocado similar a un gorro frigio o un fez de color rojo. Por la expresión de su rostro no sabemos si es una travesura o una hazaña. Es el SIETE DE ESPADAS del tarot diseñado por Arthur Edward Waite y pintado por la ilustradora Pamela Colman-Smith en los primeros años del siglo XX.

Todas las imágenes que presentan un recinto, espacio cercado, jardín vallado, ciudad, plaza, castillo, patio, corresponden a la idea del espacio sagrado y limitado, guardado y defendido por constituir una unidad espiritual. Pueden simbolizar la vida individual, especialmente la vida interior del pensamiento. En este sentido, el campamento militar, por su especial separación en tiendas distintas, hablan de bloques de pensamiento, conjunto compacto de ideas. Así como la formación en círculo o cuadrado es espontánea en un ejército cercado o en condiciones de gran inferioridad, todo recinto expresa la necesidad de protección y autolimitación.

Toda retirada, retroceso, ocultación, simboliza, como la luna nueva y el sueño, el período en que la vida existe sin manifestación, antes y después de su involución en el seno de la materia, es decir, el pensamiento puro sin restricciones ni frenos.

Siete son las espadas, pero sólo cinco las que lleva en las manos. El siete como suma del 2 (sol y luna) y 5 planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno), siendo el sol el principio activo y la luna el principio pasivo, cabe deducir que lo que más rige en esta carta es la inacción o, más exactamente, la acción que no conduce a ninguna parte ya que no sabemos si el hombre está robando o haciendo una travesura.

En una interpretación de primer nivel esta carta se puede resumir con la palabra Inutilidad o Pensamiento Inútil, ideas que no conducen hacia ninguna parte. Ideas que aparentan ser buenas pero que parten de un principio de falsedad, de falsificación de la realidad. Se acompaña de todas esas frases que empiezan por "Y si...", siendo la premisa irreal o ficticia. Es tener la cabeza ocupada con planes de futuro imposibles puesto que nacen de la irrealidad y, a la vez, estar detenido, esperando. ¿Y si me deja X? (Pero X sigue ahí y no hay absolutamente nada que señale que X nos vaya a abandonar y sin embargo, ocupamos la mente pensando que quizá no vemos las señales, que quizá vaya a suceder eso que tememos, que quizá esa frase ha querido decir algo más, esconde un mensaje escondido, quizá haya que empezar a pensar a protegerse, quizá me haya dejado ya y no me enterado....).


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