¿Qué tipo de acción impulsa la Luna? ¿Qué tipo de Voluntad tiene la Luna? ¿Qué implica para un consultante que este Arcano XVIII aparezca en la posición 1 de la tirada tarológica de la Triada de las Raíces?
La Luna implica un proceso de maduración del consultante, un "darse-cuenta" o, como aseguran corrientes ocultistas, psicoanalíticas, religiosas y filosóficas, estar en el Aquí y Ahora. La voluntad de la Luna es la reflexión, la introspección. No actúa sin tener en cuenta sus propias necesidades y deseos, sin precisar con exactitud qué es lo que realmente necesita.
La Luna en Kether es una voluntad frenada, detenida, receptiva. Frente a la impulsividad, el sosiego y la objetividad. Es una carta que muestra el Autocontrol del consultante. Siendo plenamente consciente de que todos encerramos a un bicho en nuestro interior, ese bicho que nos hace creer mejores, superiores o éticamente perfectos y que llamamos Ego, la Luna ejerce un autocontrol para evitar que el Ego se apropie de la personalidad del consultante y se enfrente a problemas o discusiones simples no con las herramientas del Ego (el insulto, la descalificación, el victimismo arato y fácil, la queja, la falsa compasión, la maldad y la brutalidad) sino con la Inteligencia emocional suficiente para saber qué es lo que es adecuado o no.
En este sentido, podría verse en la Luna cierta frialdad o un grado muy alto de desapego que no de amor. La voluntad de la Luna es la autorregulación, el freno a los instintos más primitivos y brutales, alejarse de esos falsos sentimientos de pena o compasión por alguien que no nos hace ningún bien espiritualmente, mantener la cordura y practicar el Egoísmo Sano.
Los perros ladran a la Luna y ella hace caso omiso. Esa es la Voluntad de la Luna, no importa lo que digan o piensen los demás, ella tratará de hacer siempre lo que es correcto para ella misma con independencia de los gritos moralizadores y castradores de los demás. La Luna además, pone freno a ese "qué pensarán de mi" que, al fin y al cabo, no es más que una proyección de las ideas del consultante.
Pero imaginen ser Luna, tener la voluntad de la Luna. Imagínense tomando la decisión de separarse de una pareja aburrida, melancólica y poco cariñosa o diciendo No Quiero cuando alguien le pide un favor que no es un favor y que parece más una obligación en nombre de una Amistad.... pero piensen, sueñen, imaginen tener la Voluntad de la Luna y descubrirán qué bien se vive. O no.
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