EL MAGO en CHOKMAH (Tríada de las Raíces)



¿Cómo piensa El Mago? ¿Cómo razona? ¿Cómo aprende? ¿Qué almacena en su memoria? ¿Qué implica que a LeConsultant le aparezca esta carta en la posición 2 de la tirada tarológica de la Tríada de las Raíces o del Árbol de la Vida?

La sabiduría del Mago es sólo aparente. Lo que sabe, lo sabe y lo que no, lo inventa. Pretende saber más de lo que sabe, ser más listo que los que le rodean, más hábil. Y sí, hábil es, inteligente también y dado que carece de principios o valores está firmemente convencido de que en algunos casos el fin justifica los medios.

Tiene habilidades sociales, simpatía, cierto desparpajo, cierta alegría natural. No actúa con maldad ni con bondad, sólo actúa en función del objetivo que se ha fijado sin medir las consecuencias de sus actos. No es empático, sólo trata de ser deslumbrante.

El Mago sólo persigue objetivos a corto plazo u objetivos que están alejados de cualquier crecimiento espiritual: se trata de triunfar en el Mundo, ser alguien, ser alcanzado por la Fama y la Gloria y el Dinero y el Poder pero sin pensar qué supone para él mismo esa fama, esa gloria, ese dinero, ese poder, sin saber exactamente qué es lo que aspira. El Mago cree ser maestro en el arte del escamoteo, del engaño, de la falsificación, del disfraz.

La Memoria del Mago es proverbial para nombres, fechas, lugares. Puede ser irónico sin llegar a ser sarcástico, dulce sin ser cálido, abierto pero sin espontaneidad ni naturalidad. Se adapta a las circunstancias a la velocidad de la luz y es el único arcano que, como el Gato de Schrödinger, puede estar vivo y no-vivo simultáneamente, depende del espectador, de los que le rodean, que se encuentre en un estado u otro. Pero no es un camaleón: el Mago no usa los disfraces o las sonrisas para camuflarse, sino para deslumbrar.

El Mago reconoce a un Maestro a simple vista y tenderá a alejarse de él puesto que es el único capaz de poner en evidencia su ignorancia. En el fondo, un Mago puede ser cualquiera que sepa hacer unos trucos bien hechos, pocos pero bien ensayados y lo suficientemente deslumbrantes como para provocar olas de admiración.

El Mago también es capaz de ver una oportunidad de mejorar su estatus, su reconocimiento, su valía como individuo y con ambición, ganas y entusiasmo, poner todo de su parte (y lo que no está de su parte inventárselo) para no dejar escapar esa oportunidad, ya sea un romance, un trabajo, un viaje, entrar en una secta o salir de una secta.

Los Magos no hacen magia, sólo hacen trucos de magia, apariencias de magia. Su posición en la escala de los arcanos, justo antes de los poderes terrenales, en los niveles más bajos de espiritualidad y más altos de materialidad le impide hacer Magia. De esta forma, el Mago no cree realmente en nada espiritual: sólo aspira a cierto nivel de reconocimiento, de aparente gloria.

Pero piensen como Magos. ¿Cuántas veces han mentido en su curriculum vitae? ¿Cuántas sobre su edad? ¿Cuántas veces han exagerado sus conocimientos sobre algo para impresionar a alguien?... ahí se esconde El Mago que todos llevamos dentro y que, de cuando en cuando, aparece. O no. Diviértanse!


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