LA EMPERATRIZ en KETHER (Tirada de la Tríada de las Raíces)



¿Qué tipo de Voluntad encierra la Emperatriz? ¿Qué sueños tiene? ¿Qué es lo que le impulsa a la acción y qué tipo de acción es capaz de emprender? ¿Qué implica para el/la consultante que La Emperatriz ocupe la posición 1 de la tirada tarológica del Árbol de la Vida o de la Tríada de las Raíces?

La Emperatriz y el Emperador forman el tándem del Poder. El Emperador es el Poder Protector o Vigilante, la Emperatriz es el Poder que Cuida. Se puede asociar, por analogía, con el poder de una Madre, mientras que el Emperador se asemeja más, por analogía, con el de un Padre. Pero ambos se rigen por el mismo catálogo de normas, leyes y reglamentos de lo que es socialmente aceptable.

La Emperatriz también se asocia al cuidado y mantenimiento de la Tradición pero en un estrato más limitado que el del Emperador. Así, mientras el Emperador se preocupa mucho de una autoridad externa a él (un sistema religioso de valores, la tradición heteropatriarcal, un cierto conservadurismo vital) y no tiene en cuenta a las personas, la Emperatriz añade un componente humano en su forma de ejercer el poder. La Emperatriz tiene compasión, el Emperador no. La Emperatriz se preocupa activamente por cuidar del grupo al que dirige, del cual es responsable. El Emperador sólo lo protege, es decir, actúa activamente para que nada ni nadie interfiera en un determinado orden social.

La Voluntad del Emperador está orientada exclusivamente a mantener las formas y asegurar que a su grupo de influencia no le falte nada material. Sólo él es Honorable y el resto es un enemigo. La libertad es una abominación que conduce al libertinaje. La Voluntad de la Emperatriz se orienta hacia el mismo fin que el Emperador pero además interviene decisivamente en corregir a cualquiera de cualquier alejamiento de la norma o de las reglas. En su afán de cuidar y no de proteger, convierte el cuidado en sobreprotección (evitando hablar de algunos temas, evitando el sufrimiento a los que les rodean usando la mentira y la ocultación, impidiéndoles hacer cosas necesarias para su propia supervivencia y convirtiéndose en criadas de los que les rodean).

La Emperatriz nunca le negará el saludo a su hijx homosexual (algo que sí hará el Emperador), aceptará tener hijos con deficiencias (algo que el Emperador jamás hará, puesto que afean el "conjunto"), pero comparte principios y valores tradicionales con el Emperador.

La Emperatriz tiene un ego desatado en el que cualquier cosa, cualquier frase, es una amenaza para su orden social (familia, pequeño grupo de empleados). No es común que use la violencia pero sí la manipulación y cierta arrogancia y vanidad. En algunos casos se confunde con el empoderamiento femenino cuando realmente no es más que la adaptación a un modelo heteropatriarcal pero desde el punto de vista de una mujer.

Si esta carta le aparece en la tirada a un hombre, añade el factor compasión y piedad a lo que sólo sería Control y Dominio con el fin de mantener una apariencia de "normalidad" (siendo "normal" todo aquel que cumple escrupulosamente el modelo tradicional y hegemónico que tiene en su cabeza). Ambos detestan la tecnología, ambos usan la televisión como sistemas de distracción para niños, ninguno de los dos enseña cómo se hacen las cosas: La Emperatriz porque las hace ella, el Emperador porque supone que todo el mundo nace sabiendo o que se aprende por ver cómo se hace algo.

La Emperatriz trata de que todo lo que hace esté recubierto de orden y limpia hasta niveles casi obsesivos, así que es imprescindible para ella tener buena presencia, llegar con un leve retraso, no llevar la iniciativa en una relación sentimental, estar preocupada por las formas y las maneras y una incapacidad manifiesta para adaptarse a nuevas realidades sociales. Juzga con severidad y su Ego le impide ver sus fallos. Suele ser contenida en el sexo (mejor no hablar de "eso", no hay masturbación, se incentiva la promiscuidad de los chicos, se castra la de las chicas...), consejera permanente, considera que la mejor defensa el el ataque. Sus manifestaciones de cariño sólo se hacen en público y castamente, en el interior el cariño es innecesario porque se presupone. Carece de arrepentimiento y no se hace responsable de ninguna de las acciones que emprende y que terminan en desastre, por lo tanto, jamás ofrece una disculpa porque la Emperatriz no se equivoca nunca: al fin y al cabo lo estaba haciendo con las Mejores Intenciones (esas que cubren el suelo del Infierno).

La Emperatriz se adapta a condiciones cambiantes con dificultad aunque es más flexible que el Emperador. El mal humor permanente, compartido con el mal humor permanente del Emperador, forman un combo espantoso. La Emperatriz se vanagloria de su poder de adivinación sólo porque supone, presupone o intuye cosas, siempre en sentido negativo (el "negativismo realista" lo llaman algunos psicólogos y psiquiatras: no tiene mérito, ya sabemos que antes de pedir algo tenemos el No por respuesta, que al final todos morimos, que todo se deteriora por el paso del tiempo)

Pero sientan a la Emperatriz en su piel: ¿castigan a sus hijos si no estudian? ¿hacen promesas que no pueden cumplir, especialmente amenazadoras o castradoras? ¿creen que tienen muchos más problemas que la mayoría de las personas que las rodean? ¿sienten la Ira cuando alguien de su entorno es atacado aunque sea justo ese ataque? Pero sueñen, imaginen, sumen, resten, miren a sus madres más invasivas, esas que limitan constantemente el crecimiento y diviértanse!


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