COMO ES ESTA GUIA DE APRENDIZAJE PARA AMATEURS


(Conjeturo que no saben nada o muy poco de cómo leer el tarot y buscan claves que les permitan interpretar "sin errores" el tarot. Imagino, además, que leen decenas de libros o piensan, como Jodorowsky, que cada arcano está dibujado de esa forma por una razón oculta concreta y particular, coloreado con determinados colores y no con otros por razones esotéricas (ocultas, veladas o que solo el autor conoce) o que, llegado desde la India, Egipto o más lejos aún, encierra un saber universal y, por lo tanto, es sagrado.)





Para aprender a leer el tarot tienen que usar ese "don" maravilloso, la Imaginación. Ese que nos permite conjeturar que existe algo que podemos llamar dios, que existe una corte celestial o que existe un complejo sistema paranoico en el que lo que leo no es exactamente lo que leo sino algo que está escrito sin estar escrito y que llamamos Cábala. Imaginamos que existe una realidad suprasensible. Pero no es más que imaginación, un sueño dentro de un sueño...

El proceso de aprendizaje es sencillo, pero requiere de un factor adicional más: no tener complejos intelectuales. ¿Nunca se han imaginado como sería pernoctar y caer en los brazos de la concupiscencia carnal en un hotel barato con un Papa o una Papisa? ¿Piensan que el presidente (El Emperador) de su país duerme desnudo o vestido? Cuando Jesús Cristo, según narra Juan, "cura" al leproso y éste le recrimina que lo ha hecho sin su consentimiento, que no le ha perdido permiso... quién se cree que es, amigo, cómo voy a ganarme la vida ahora si era justo la lepra la que me hacía ganar dinero y sobrevivir... ¿qué figura de la Corte imaginan que es ese Jesús Cristo?

Esta especie de Guía de Lectura para Amateurs presupone que ustedes no saben más que una gitana o un peluquero en la Francia del siglo XVIII. Que entienden que, su vecino, el impresor Nicolas Conver, les ha regalado un mazo de cartas con el que se juega al Tarot, un juego para dos, cuatro o seis jugadores y que se ha puesto de moda "lo italiano" (no es hasta 1930, gracias al editor Paul Marteau, que estas cartas se llaman "Tarot de Marsella"; hasta entonces se llaman "Cartas de Triunfos al estilo italiano" tal y como reza en los catálogos de la Biblioteca Nacional Francesa). Entienden, también, que en 1761, la calidad de las tintas y las posibilidades de impresión eran mucho más limitadas que ahora. Y que, a diferencia de los mazos italianos, en los que predomina el verde, el blanco y el rojo, en los franceses destacan el rojo, el blanco y el azul o que, básicamente, en el siglo XVII se usaba el sistema RGB (Rojo, Verde, Azul) y no el CMYK (Cyan, Magenta, Amarillo y Negro). Entienden también que no son astrólogos, quizá ni siquiera sean cristianos y que en unas cartas aparezca el Papa o la Papisa les hace gracia (a los holandeses les parecía abominable que aparecieran estas dos alegorías y las reemplazaron por Juno y Júpiter o Juno y Baco; a los sicilianos, la sola aparición del Diablo en unas cartas atraía la mala suerte, así que lo reemplazaron por un barco).

Así que esta Guía de Lectura para amateurs empieza imaginando que son ustedes tarotistas aficionados, personas que después de unas cuantas rondas de pastis, o de otro licor, son capaces de conjeturar, al más puro estilo Court de Gebelin, y parafraseando a Guillermo de Baskerville en "El Nombre de la Rosa", que "apostaría mi fe a que estas cartas encierran un mensaje oculto y cifrado". Que intuyen que, comparando la calidad de los dibujos con la obra de otros artistas, grabadores, miniaturistas de la misma época, las cartas del tarot parecen dibujadas por un aficionado o por un caricaturista. Y que algunas de esas alegorías ya las han visto antes, o saben que se inspiran en obras de arte anteriores: ahí ven el Emperador del editor e impresor y maestro naipero Nicolas Conver y el fresco "La Injusticia" de Giotto, pintada en 1302...

En el siglo XVII tampoco existía Jung y sus arquetipos, ni el psicoanálisis. Así, las láminas del tarot son alegorías, las mismas que Giotto pintó en la Capilla Scrovegni en Padua. Más adelante, cuando tengan claro el sentido alegórico de los arcanos, podrán añadirles significados, descubrir simbolismos ocultos, relacionar cada arcano con cada uno de los capítulos del Apocalipsis o con las 22 letras del alfabeto hebreo. Podrán, si les parece interesante, añadir visiones imaginarias de mundos espirituales solo alcanzables bajo los efectos de algunos enteógenos o sustancias psicotrópicas o mediante meditación profunda-profunda. Pero eso cuando ya no sean amateurs, cuando entren en el siglo XIX y XX y aparezcan "los esotéricos"...

Tampoco crean que esto es una Guía Para Leer el Tarot de Marsella o algo parecido. Los arcanos mayores del Waite/Colman son los mismos (son los arcanos menores ilustrados, la Gran Aportación de Pamela Colman-Smith al tarot, la que marca la diferencia), y aunque Crowley pretenda ser más original, apenas se atreve a cambiar el nombre de algunos arcanos mayores.

Pero piensen. Giotto pinta ese fresco, "La Injusticia", en una capilla cuyo motivo artístico principal es revelar, alegóricamente, las virtudes. Les trascribo la descripción que de este fresco hace un erudito:

<< La figura de un hombre con aspecto de gobernante se sitúa sentado en su trono, sosteniendo entre sus manos una vara y un bastón de mando. El personaje queda encuadrado por el arco de la portada donde se sitúa. Pero los muros están resquebrajados, llenos de grietas, como símbolo inequívoco de las malas acciones que lleva consigo este Vicio. En la parte baja, en el suelo, tras unos arbolillos aparentemente sanos, se escenifican, a modo de friso corrido, las raíces del mal: un hombre asesinado en el centro del que tiran dos secuaces, unos soldados en la parte derecha y un caballo desbocado a la izquierda, en una composición de gran dinamismo.>> ¿Parece el Emperador? ¿Es el Emperador injusto? ¡Claro!...

Piensen y diviértanse!




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