PAJE DE PENTACULOS siguiendo a Pamela Colman



He ahí al PAJE DE PENTÁCULOS del tarot diseñado por Arthur Edward Waite en los albores del siglo XX, dibujado con trazo firme y seguro por Pamela Colman-Smith. En la carta se ve a un joven con un turbante, sosteniendo un pentáculo y mirándolo embelesado. Camina despacio, ajeno por completo a lo que sucede alrededor. Waite asocia este estado al del estudiante concienzudo, al portador de nuevas noticias, por lo general, agradables. También a cierto estado de languidez.

El turbante es un símbolo de dignidad y de alcurnia. Para los musulmanes, con sentido religioso; para los árabes, con sentido de nación y para los civiles frente a los militares, un símbolo de profesión.

El PAJE DE PENTÁCULOS es el rol que se adopta cuando soñamos con una oportunidad maravillosa o con un objetivo tan espectacular como insensato (¡Voy a ser rico!, por ejemplo) para el que no hay plan definido. Es la posición de partida, ese entusiasmo que precede a la acción misma. Es el entusiasmo y la arrogancia de la juventud. Cegada por el resplandor de su propuesta (voy a desarrollar mis poderes psíquicos, por ejemplo) no hace más que hablar de ello sin hacer especialmente nada para conseguirlo o muy poco. Es una actitud muy positiva, porque revela cierta voluntad de alcanzar un cierto grado de riqueza (entendiéndola como algo que va más allá del dinero, ya sea una pareja, tener un hijo, reunir a la familia por navidad, tener un título o un curso concreto, alcanzar cierto nivel de japonés, prepararse para unas oposiciones...).

En el terreno sentimental, un PAJE DE PENTÁCULOS es un amante interesante, aunque algo frío en la intimidad. Es una actitud muy positiva frente a la novedad, es decir, se añade el deseo de aprender aunque hay ciertos límites morales que no puede saltarse, o no en este momento. En los negocios y en el amor es una persona con capacidad de trabajo, anteponiendo la responsabilidad al placer. En este perfil se tiene una resistencia media a la frustración de ahí que pasee despacio y no corra. No pierde nunca de vista su objetivo y todo lo emocional ocupa un segundo plano. Es pragmático o muy práctico, no sufre cuando tiene que desprenderse de algo que considera superfluo. Es sacrificado ya que anteponer el Debo al Quiero es siempre un sacrificio.

Pero esto es solo un punto de vista. Amplíen, reduzcan, descarten, borren o sumen. Inventen y véanse como jovenes con veinte años con hambre de comerse el mundo y miedo, lo santo y lo perverso, lo que está bien/mal, lo que debe/tiene que hacerse en la mochila.


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